LONDRES.- Los sindicatos británicos rechazaron hoy el optimismo que hay en diversos sectores en torno a la salida de la recesión económica, y afirmaron que no se podrá hablar de recuperación mientras se siga destruyendo empleo.
La confederación sindical TUC celebra desde hoy en Liverpool su Congreso anual y lo hace con un mensaje de cautela y de advertencia al Gobierno laborista del primer ministro, Gordon Brown, en contra de recortes en el gasto público para recortar el déficit.
El secretario general de TUC, Brenda Barber, manifestó en su discurso de inauguración del Congreso que estos eventuales recortes serían desastrosos para el futuro inmediato de la economía y para el empleo, y recordó que la última vez que se optó por esta vía, en la década de los años 80, hubo disturbios en las calles.
"Sólo cuando el desempleo descienda, sólo cuando creemos empleos decentes con salarios decentes (...) podremos hablar de una recuperación real", declaró el líder sindical, quien consideró que "hablar de brotes verdes tiene poco significado cuando miles de personas se están sumando cada día a las listas del paro".
Barber señaló que una cosa es el mercado especulativo y bursátil, y otra el mundo real: "el aumento del precio de las acciones sirve de poco cuando más de un millón de jóvenes no encuentran empleo".
Es importante que el Gobierno garantice que una generación entera quede al margen del mercado laboral, subrayó Barber, quien se declaró "horrorizado" por los planes del Partido Conservador de recortar el gasto público si llega al poder en 2010.
"Me siento horrorizado cuando oigo a los conservadores hablar de recortes del gasto público que convertirían cualquier progreso hacia la recuperación económica en una caída libre de nuevo hacia la recesión", dijo Barber.
"Recordemos en esta ciudad (Liverpool), a la que tanto espantaron los disturbios de la década de los años 80, los abrumadores costes económicos y sociales de las recesiones ’tories’ y pongámonos de acuerdo en una cosa: nunca, nunca más", proclamó el dirigente sindical.
Gordon Brown intervendrá el martes en este Congreso, ante el que pedirá el apoyo de las centrales para la intención del Gobierno de adoptar "medidas difíciles" para recortar el gigantesco déficit público de 175.000 millones de libras (199.000 millones de euros).
El Gobierno ha recuperado el "catecismo" del Nuevo Laborismo, la política que llevó al centro al Partido Laborista en el terreno económico con la llegada al poder de Tony Blair en 1997, y ha anunciado que el gasto se racionalizará para frenar el abultado déficit público generado por la recesión económica.
El mensaje es que el Ejecutivo "gastará con inteligencia y no gastará en exceso", lo que significa que mantendrá el plan de estímulo de la economía mientras recorta el déficit, una combinación que para la oposición representa la cuadratura del círculo.
Los laboristas, que en las encuestas aparecen por detrás de los conservadores en la intención de voto ante los comicios que se celebrarán a más tardar en junio de 2010, tratan de recabar todos los apoyos posibles y confían en mantener su tradicional alianza con los sindicatos, aunque sea por el temor a un Gobierno "tory".
Según avanzó el 10 de Downing Street, Brown dirá ante el plenario del TUC que un Gobierno liderado por David Cameron supondrá un Ejecutivo marcado por "una ideología anti-estatal", con un solo enfoque para reducir el déficit: “eliminar puestos de trabajo".