YAKARTA.- El terrorista más buscado del sudeste de Asia y "cerebro" de la mayoría de los atentados cometidos en la región, Noordin Mohamed Top, murió hoy junto a otros tres militantes, durante un asalto de la Policía indonesia a una casa en la isla de Java.
Así lo confirmó el jefe de las fuerzas de seguridad, Bambang Hendarso Danuri, después de que se cotejaran las huellas dactilares de uno de los fallecidos con las de la base de datos policiales y de comunicar al Presidente del país, Susilo Bambang Yudhoyono, que la operación había conseguido su principal objetivo.
"Es Noordin Mohamed Top, el líder de Al Qaeda en el Sudeste Asiático", afirmó el jefe de la Policía en rueda de prensa televisada para informar a los indonesios de la caída del terrorista.
"Esto es una bendición para la nación indonesia en el mes del Ramadán (el mes del ayuno musulmán)", añadió el director general de la Policía sobre la muerte del instigador del doble atentado terrorista perpetrado en julio contra dos hoteles de lujo de Yakarta, en el que murieron nueve personas.
Bambang explicó que las huellas dactilares de las dos manos de uno de los cadáveres coincidían en 14 puntos con las que la Policía poseía del escurridizo terrorista, que desde hacia nueve años sorteaba a las fuerzas de seguridad.
Además del malasio Noordin, otros tres presuntos terroristas murieron y tres más fueron detenidos en la operación antiterrorista, que constituye el tercer golpe policial contra la organización extremista desde agosto.
Entre los muertos figuran Bagus Budi Pranoto, conocido como Urwah, de 31 años, uno de los presuntos terroristas más buscados por la Policía indonesia y un experto fabricante de bombas, así como el militante islamista Aji, llamado Reno.
El cuarto fallecido se trata de Susilo Adib, de 24 años, un joven profesor sin antecedentes policiales que impartía clases en la "madrasa" o escuela coránica Al-Kahf Mojosongo, situada en las proximidades de la casa en la que el grupo se ocultaba, y que se había mudado a esa vivienda hacia cinco meses.
La Policía explicó que entre los detenidos se encuentra la mujer de Susilo Adib, Putri Munawaroh, que está embarazada y fue trasladada a un centro médico con heridas de pronóstico grave, así como otros dos supuestos terroristas cuya identidad era investigada.
Los expertos consideran que la organización que lideraba Noordin ha quedado seriamente dañada tras su muerte, aunque sigue contando con capacidad operativa.
En la inspección de la casa ubicada en el extrarradio de la ciudad de Solo, las fuerzas de seguridad incautaron ocho bolsas con 200 kilos de material explosivo, un fusil de asalto M16 y una granada de mano.
La operación, que duró siete horas, comenzó pasada la medianoche, cuando miembros del Destacamento 88, la unidad antiterrorista, rodearon la casa de campo en la que se atrincheró el grupo de Noordin, y situada en Kertosari, un modesto barrio.
Esta localidad y sus alrededores están considerados como una de las principales canteras indonesias del integrismo islámico y es sede de varias sectas religiosas radicales.
Durante el asalto final a la vivienda, que estuvo precedido por la negativa del grupo de integristas a entregarse, se desató un intenso tiroteo, que fue seguido de al menos dos explosiones, una de ellas de gran intensidad.
La Policía descartó que una de estas deflagraciones hubiera sido causada por uno de los terroristas con la intención de suicidarse, a pesar de que uno de los cadáveres encontrados en el interior de la vivienda estaba muy desfigurado.
Esta acción policial se asemejó a la llevada a cabo el pasado agosto, también en la región central de Java, en una casa situada en el medio rural y en la que murió un presunto islamista.
Al principio se dio por muerto en aquella operación a Noordin Mohamed Top durante unas horas, pero luego las pruebas de ADN indicaron que se trataba de Ibrahim o Ibrohim, otro islamista que permanecía fugado desde el doble atentado de Yakarta de julio.
Noordin encabezaba desde 2005 una facción radical escindida de la Yemaa Islamiya (YI), una organización integrista calificada por los especialistas como el brazo de Al Qaeda en el Sudeste Asiático.
Desde el año 2000, el terrorismo islámico ha golpeado media docena de veces a Indonesia, el mayor país musulmán, y ha causado la muerte de más de 250 personas.