Lula también aclaró que Brasil no pretendía actuar como mediador en la crisis.
APNUEVA YORK.- El Presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, pidió hoy a los gobernantes de facto en Honduras aceptar una solución "negociada y democrática" que permita el regreso de Manuel Zelaya al poder.
"Lo normal que debería suceder es que los golpistas deberían dar un lugar a quien tiene derecho de estar en ese lugar, que es el Presidente democráticamente electo por el pueblo", dijo Lula en rueda de prensa.
Lula lanzó además una advertencia al gobierno de facto, exigiendo que respete la inmunidad de la embajada. "Nosotros esperamos que los golpistas no entren a la embajada brasileña", enfatizó.
El Presidente brasileño dijo en Nueva York, donde se encuentra para participar en la Asamblea general de la ONU, que habló por teléfono con Zelaya, refugiado desde ayer en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.
Zelaya fue depuesto y expulsado del país el 28 de junio pasado, y dos intentos anteriores por regresar al país habían fracasado, pero ayer regresó discretamente a la capital y solicitó refugio en esa embajada.
"Le pedí que tuviese mucho cuidado de no dar pie a pretexto alguno a los golpistas para recurrir a la violencia", agregó Lula y señaló que Zelaya se encontraba bien. "Pasó bastante tranquilo en la embajada", afirmó. "Me dijo que le pidió al pueblo que si hacía manifestaciones, que las mismas fuesen pacíficas", añadió.
Tras su regreso a la capital, Zelaya propuso un diálogo con el régimen de Roberto Micheletti, hasta el momento sin éxito.
Micheletti impuso un toque de queda hasta las 18:00 horas locales de hoy (00:00 horas GMT de mañana) y pidió a Brasil que entregue a Zelaya para que sea juzgado.
Lula aclaró que Brasil no pretendía actuar como mediador en la crisis, papel que corresponde a la Organización de Estados Americanos (OEA), con cuyo Secretario General, José Miguel Insulza, el canciller brasileño Celso Amorim está en permanente contacto.
"Celso Amorim ya habló con Insulza para ver si la OEA va para allá para tratar de ayudar", dijo Lula. "El negociador es el jefe de la OEA, él se tiene que sentar en la mesa de negociaciones y negociar", agregó.
Según Lula, la comunidad internacional ya no puede tolerar la persistencia de un gobierno golpista en América latina.
"No estamos más en los problemas de la década de los 60 y no podemos aceptar que por divergencias políticas alguien se halle en el derecho de deponer un Presidente democráticamente electo", explicó Lula.
Si el dirigente "gusta o no gusta, eso se cambia en la elección", comentó. "Por eso apoyamos al Presidente Zelaya y nos gustaría que los golpistas se dispusiesen a encontrar una salida negociada y democrática".
Amorim aclaró ayer que "Brasil no tuvo ninguna interferencia" en los hechos conducentes a la presencia de Zelaya en la embajada, sino que se limitó a concederle el permiso para entrar, solicitado poco antes de su llegada. "Nosotros no planeamos nada", aseguró el canciller.
La Cancillería brasileña informó que la embajada de ese país en Tegucigalpa tuvo la electricidad, agua y teléfono cortados, y pidió apoyo a delegación estadounidense.
"La embajada tuvo luz, agua y teléfono cortados", explicó un portavoz.
La información fue dada por la propia embajada en Tegucigalpa a la Cancillería. "La electricidad ahora se está manteniendo con generador", explicó la fuente.
Brasil solicitó apoyo a la embajada de Estados Unidos para que, "en caso de que sea necesario", ofrezcan diesel para el generador, y seguridad, explicó la Cancillería.
A Zelaya lo acompañan dentro de la embajada unas 70 personas, principalmente seguidores, según los brasileños.
Por parte de Brasil, están el encargado de Negocios, Francisco Resende, responsable de la representación ya que el embajador había sido llamado de retorno a Brasil. El resto de funcionarios de la embajada "fueron aconsejados de no ir a trabajar", dijo la fuente.
La embajada también confirmó a Brasilia que unos 5.000 manifestantes favorables a Zelaya fueron dispersados hoy por fuerzas de seguridad hondureñas con gases lacrimógenos fuera de la legación diplomática, aunque especificaron que no hubo lanzamiento de bombas lacrimógenas en la embajada ni invasión de las instalaciones.