WASHINGTON.- La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó este viernes "enérgicamente" el dispositivo policial que rodea la embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se encuentra el depuesto Presidente de Honduras, Manuel Zelaya, y urgió a que se respete a la sede diplomática y a las personas que se encuentran dentro.
La CIDH indicó en un comunicado que según la información que recibió, fuerzas de seguridad del régimen de facto rodearon la embajada de Brasil y arrojaron "gases tóxicos no identificados", que causaron vómitos y mareos a varias personas que se encuentran en la sede diplomática.
La información añade que desde que comenzó este operativo, miembros del Ejército bloquean la salida de cualquier persona de la embajada e impiden el acceso a médicos, incluso de la Cruz Roja Internacional.
La CIDH hizo un llamamiento "urgente" al Gobierno que encabeza Roberto Micheletti para que acabe con este dispositivo "de forma inmediata" y tome todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad e integridad de todas las personas.
Asimismo, pidió al Gobierno de facto que permita la entrada de médicos que atiendan a las personas afectadas por los gases tóxicos.
Por su parte, las autoridades de facto indicaron en un comunicado que es "totalmente falso" que se hayan lanzado gases tóxicos dentro de la embajada y aseguraron que "se continuará dando protección al ex mandatario Zelaya, como también a sus familiares y seguidores y miembros de esa sede diplomática que se encuentran en su interior".
La CIDH, un órgano autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), pidió ayer medidas cautelares de protección para Zelaya, los miembros de su familia y los funcionarios de la embajada brasileña.
Zelaya volvió el lunes por sorpresa a Honduras, después de que fuera sacado del poder y del país por un Golpe de Estado el pasado 28 de junio. Ese mismo día el presidente del Congreso, Roberto Micheletti, fue designado para asumir la Presidencia de Honduras.