PRAGA.- El Papa Benedicto XVI inició hoy en Praga una visita de tres días a la República Checa, uno de los países europeos más secularizados, donde menos de un tercio de los habitantes se declaran católicos.
No obstante, varias decenas de miles de fieles seguirán la visita del Sumo Pontífice que fue recibido por el Presidente checo, Vaclav Klaus, en el aeropuerto de Praga.
"Me uno a ustedes y a vuestros vecinos dando gracias por vuestra liberación de esos regímenes opresores", declaró el Papa. "Si la caída del Muro de Berlín marcó un giro decisivo en la historia mundial, lo fue todavía más para los países de Europa central y del este, permitiéndoles tomar el lugar que les corresponde en el concierto de las naciones en calidad de actores soberanos", agregó.
Benedicto XVI efectúa su segundo viaje a un país de Europa del Este y su único desplazamiento en la región en este año del vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín.
Este viaje es tanto más simbólico cuanto que Benedicto XVI es el sucesor de Juan Pablo II, el Papa polaco que contribuyó a la caída del Muro y al advenimiento de la democracia al estilo occidental en los países del bloque soviético.
El programa del viaje del Papa alemán de 82 años incluye hoy una visita a la Iglesia de Santa María de la Victoria, cercana al Castillo de Praga, para postrarse ante la imagen del Niño Jesús de Praga, al que coronará.
Por la tarde se reunirá con Klaus, con el cuerpo diplomático y celebrará las vísperas con los sacerdotes y movimientos laicales en la catedral.
Mañana se trasladará a la ciudad de Brno, la capital de Moravia, donde oficiará una misa a la que se espera que asistan miles de polacos, eslovacos, austriacos y de otros países vecinos, mientras que el lunes visitará Stara Boleslav.
Finalmente, el lunes visitará la iglesia de San Wenceslao y oficiará una misa en la explanada de Melnik en Stará Boleslav, antes de regresar por la tarde al Vaticano.