BRNO, República Checa.- El Papa dijo hoy en Brno, la segunda ciudad de la atea República Checa, que la única esperanza "cierta" es Dios y que la experiencia de la historia demuestra que el hombre llega a lo absurdo cuando excluye a Dios de su vida y que sin El no es fácil construir una sociedad basada en el bien y la justicia.
Ante unas 150.000 personas, que asistieron en el aeropuerto "Turany", de Brno, a la misa que ofició en su segundo día de estancia en el "corazón de Europa", el Papa Ratzinger hizo un llamamiento a la esperanza y denunció que en la actual época la fe y la esperanza han sido relegadas al plano privado, mientras la sociedad pone su confianza en el progreso económico y científico.
"La única esperanza cierta y de confianza es Dios y la experiencia de la historia demuestra que el hombre llega a lo absurdo cuando excluye a Dios del horizonte de sus acciones y como es difícil construir una sociedad inspirada en los valores del bien, de la justicia y de la fraternidad, ya que el ser humano es libre y su libertad es frágil", dijo el Obispo de Roma.
En su primer baño de masas de este viaje, muy diferente a la indiferencia con la que ayer fue recibido en Praga, el Pontífice dijo que la República Checa, como otros países, está viviendo unos cambios culturales que representan un desafío radical para la fe y la esperanza.
En este país los católicos sólo son el 29 por ciento de la población, mientras otro cinco por ciento pertenecen a otras confesiones y el 66 por ciento se declara indiferente o ateo.
En ese contexto, el Papa denunció hoy que actualmente tanto la fe y la esperanza han sufrido "un traslado, ya que han sido relegadas al plano privado ultraterrenal, mientras en la vida pública se reafirma la confianza en el progreso científico y económico".
"Conocemos todos que este progreso es ambiguo, abre posibilidades de bienestar junto a perspectivas negativas. Los desarrollos técnicos y las mejoras de las estructuras sociales son importantes y necesarios, pero no bastan para garantizar el bienestar moral de la sociedad", advirtió el anciano Pontífice.
Benedicto XVI subrayó que el hombre debe ser liberado de las opresiones materiales y "más profundamente de los males que afligen el espíritu".
Al igual que ayer, el Papa se refirió también a los "oscuros" años del comunismo y destacó como miles de personas sufrieron por mantenerse fieles al Evangelio "y no han perdido la esperanza".
En ese mensaje de esperanza en que basó su homilía manifestó que en la actual sociedad, "donde tantas formas de pobreza esconden el aislamiento, de no ser amados, el rechazo de Dios y de una trágica clausura del hombre que piensa que puede bastarse por si mismo, sólo Cristo es nuestra esperanza y ese es el anuncio que los cristianos deben difundir".
A la misa, que fue concelebrada por una veintena de prelados, entre ellos el cardenal secretario de Estado, Tarcisio Bertone, y el purpurado de Praga, Miloslav Vlk, asistieron fieles procedentes de las vecinas Eslovaquia, Polonia, Austria y Alemania.
También asistió el presidente de la República Checa, Vaclav Klaus, junto a su esposa y representantes del Gobierno y autoridades de Moravia, la región checa donde se concentra el mayor número de católicos.
Durante el ángelus, el Papa recordó que cuando Juan Pablo II decidió visitar Europa central tras la caída del comunismo hace veinte años eligió como primera etapa estas tierras, de fuerte presencia cristiana y aprovechó para pedir a los presentes que mantengan la fe y conserven las raíces cristianas.
Varios sacerdotes moravos dijeron que uno de los grandes problemas que tiene
la Iglesia católica es la falta de vocaciones y la escasa asistencia a las misas, a la que acuden sólo el cinco por ciento de los fieles, con la "punta" en esta región donde puede llegar al siete por ciento.
Tras oficiar la misa, Benedicto XVI regresó a Praga, donde esta tarde mantiene un encuentro ecuménico con representantes de las iglesias cristianas presentes en la República Checa, en la sede del arzobispado de Praga, y después en el Castillo de Praga se reúne con el mundo académico checo.