KANDAHAR.- Al menos 30 civiles, entre ellos diez niños y siete mujeres, murieron hoy y otros 39 resultaron heridos por la explosión de una bomba al paso de un autobús en una carretera de la provincia afgana de Kandahar, informó hoy el Ministerio del Interior en Kabul.
El Presidente afgano, Hamid Karzai, condenó el atentado y lo consideró "imperdonable". Ese tipo de ataques no frenarán la reconstrucción del país, señaló.
Las víctimas viajaban en un autobús desde la provincia occidental de Herat a la de Kandahar, en el sur del país. El artefacto estalló al paso del vehículo por el distrito de Maiwand a primeras horas del día, explicó Zelmai Ayubi, portavoz del gobernador de Kandahar.
Ayubi responsabilizó del atentado a los "enemigos de Afganistán y del Islam", una fórmula que las autoridades afganas emplean frecuentemente para referirse a la insurgencia.
Portavoces talibanes no se han pronunciado por el momento sobre el ataque.
En otro ataque similar en el área de Sarposa, en la misma provincia, cinco civiles -dos mujeres y tres hombres- que viajaban en un vehículo murieron en la tarde del lunes, informó el Ministerio del Interior en otro comunicado.
Otra mujer perdió la vida y una más resultó herida al pisar una bomba en el distrito de Spinghar, en la oriental provincia de Nangarhar, esta mañana.
Entre enero y agosto de 2009, cerca de 1.500 civiles afganos han muerto en ataques violentos y explosiones, un 20 por ciento más que en el mismo período del año pasado, de acuerdo a informes de la ONU. Alrededor del 70 por ciento de las bajas se produjo en ofensivas talibanes, mientras que el 30 por ciento restante fue víctima de bombardeos de la OTAN.
Mientras, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad en Afganistán (ISAF), comandada por la OTAN, informó hoy de la muerte de "un gran número" de insurgentes en la provincia de Farah, en el sur del país, en la jornada del lunes.
En la operación contra los talibanes participaron 500 soldados afganos y de una unidad especial estadounidense. Los duros combates duraron más de 12 horas y durante los mismos las tropas fueron atacadas con bazookas y armas automáticas, a los que respondieron con un ataque apoyado desde el aire. En la operación no hubo bajas de las fuerzas de seguridad.