CHICAGO.- No fue la recepción que el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Chicago 2016 hubiera deseado. La delegación regresó el sábado con las manos vacías a su ciudad, donde el alcalde Richard Daley prometió que se recuperarán y saldrán de la recesión aun sin el estímulo económico que le habría generado la designación como sede.
El edil, de paso, consideró que presentar una candidatura para los Juegos Olímpicos de 2020 era poco probable, debido a la afinidad geográfica con Río de Janeiro, lo que podría influir en los miembros del COI.
"Tenemos una gran ciudad. Ésta es una gente maravillosa. Tenemos un futuro igualmente brillante al de otros", dijo Daley a los periodistas en el Aeropuerto Internacional O'Hare de Chicago.
La delegación, que también incluyó a funcionarios como el gobernador de Illinois Pat Quinn, regresó de Copenhague, donde el Comité Olímpico Internacional (COI) otorgó la organización de los Juegos Olímpicos de 2016 a la ciudad brasileña de Río de Janeiro.
En vez de lamentarse, los políticos locales buscaron ofrecer la mejor cara tras la derrota. "Todas esas ciudades aseguraban ser la mejor, pero Chicago es la mejor de las mejores ciudades", expresó Quinn.
La eliminación de Chicago fue un rechazo internacional de alto nivel que ocurrió a pesar de los llamados personales del presidente de Estados Unidos Barack Obama y de la primera dama, Michelle Obama, quienes viajaron a Copenhague para impulsar la candidatura de la ciudad. Pese a ello fue la primera ciudad eliminada en las votaciones del viernes.
Daley indicó que era "injusto" sugerir que perder la votación para los Juegos Olímpicos fuera una derrota para el presidente Obama, quien considera a Chicago como su hogar y tiene una casa a unas cuantas calles de donde se tenía programado construir el Estadio Olímpico.
"Ésta no es una derrota para Obama. No sé de donde sacaron eso, pues tampoco es una derrota para los reyes de España o para el nuevo primer ministro de Japón", agregó.
Las ciudades de Tokio y Madrid también fracasaron en sus candidaturas en Copenhague, en presencia de sus gobernantes nacionales.