BERLÍN.- La populosa fiesta de la cerveza de Múnich, Oktoberfest, cerró hoy sus puertas con un bajón en el cómputo de visitantes, que los organizadores atribuyen a las amenazas de atentados terroristas y a la crisis económica.
Un total de 5,7 millones de personas visitaron la más popular fiesta cervecera del mundo en sus dieciséis días de duración, frente a los más de seis millones del año anterior.
Se trata de la cifra más baja de visitantes desde 2001, año en que se produjo un descenso mucho mayor -5,5 millones-, debido en esa ocasión al impacto dejado por los atentados terroristas contra las Torres Gemelas de Nueva York (EEUU), el 11 de septiembre (11-S).
La organización de la Oktoberfest atribuye el descenso de este año al miedo a ataques islamistas, tras la difusión de varios vídeos de presuntos miembros de Al Qaeda amenazando con atentados en Alemania si su gobierno no retira las tropas de Afganistán.
En alguna de estas grabaciones aparecían imágenes de la Oktoberfest, como potencial objetivo terrorista, así como de aeropuertos, estaciones de ferrocarril y otras grandes concentraciones humanas.
Las autoridades bávaras reforzaron la presencia policial en las instalaciones de la Oktoberfest y se realizaron, asimismo, controles sistemáticos de bolsos y mochilas a los visitantes en los accesos al recinto.
El descenso de los visitantes no provocó, sin embargo, un bajón paralelo en el consumo, ya que, según el cómputo final, se vendieron 6,5 millones de litros de cerveza, cifra sólo mínimamente inferior a los 6,6 millones del año anterior.
El récord absoluto de público se batió en 1985, con 7,1 millones de personas en la denominada mayor fiesta popular del mundo.