MARYLAND.- La diócesis católica de Wilmington, en el estado de Delaware, pidió el domingo por la noche protección federal por bancarrota, un día antes del comienzo de un juicio civil contra uno de sus ex sacerdotes por un caso de abuso sexual de gran repercusión.
El recurso suspende de forma automática el caso en la Corte Superior del Condado de Kent, el primero de ocho juicios seguidos por abuso que están agendados en Delaware.
"Esta es una decisión dolorosa, una que yo esperaba y rezaba por nunca tener que tomarla", dijo el obispo W. Francis Malooly en el sitio web de la diócesis.
Malooly dijo que la decisión se tomó "tras una evaluación cuidadosa y tras consultas con mis consejeros y asesores cercanos" y añadió, "no tenemos otra opción".
"Pedir (protección del) Capítulo 11 de la ley de bancarrotas nos ofrece la mejor oportunidad, dados los recursos finitos, de dar el tratamiento más justo posible a todas las víctimas de abuso sexual por parte de sacerdotes de nuestra diócesis", aseguró.
"Nuestra esperanza es que los procedimientos de Capítulo 11 nos permitan compensar justamente a todas las víctimas a través de un solo proceso establecido por la Corte de Bancarrotas".
La diócesis incluye a unos 230.000 católicos en Delaware y la costa este de Maryland. Es el séptimo distrito católico en Estados Unidos que pide la quiebra desde que comenzaron a conocerse las acusaciones contra sacerdotes católicos en Boston hace siete años.
El caso del lunes hubiera sido el primero en ir a juicio bajo una ley de Delaware que creó una ventana de dos años para revisar casos, la que permite que las denuncias de abuso sean presentadas sin importar si el presunto delito ya prescribió.
Más de 100 denuncias se presentaron antes de que ese período terminara hace unos meses y cuatro serán arreglados por acuerdos entre las partes.