TIRANA.- La prensa albanesa denunció hoy un nuevo caso de padres que encadenan a sus hijos, al informar que una joven de 22 años, que aparentemente sufre una enfermedad mental, vivió 15 años amarrada con una cadena al cuello en su casa.
Su padre, Spiro Tani, de 54 años, confesó al diario "Shqip" que tuvo que optar por este método frente al temor de que su hija podría matar a alguien o suicidarse en momentos de crisis nerviosa.
Armenda Tani nació con trastornos mentales y sus padres, sin recursos económicos, empezaron a atarla en su casa en el distrito de Kavaja, a unos 50 kilómetros en el sur de Tirana, cuando tenía sólo siete años.
"En la niñez, cuando empezó a ponerse agresiva con los miembros de la familia y consigo misma, la atábamos con una cuerda, luego en la adolescencia y con el cambio hormonal su salud se agravó y empezamos a atarla con una gran cadena de hierro", afirmó su padre.
El diario relata que cuando era pequeña la chica era atada sólo en momentos de crisis, pero desde que cumplió 18 años ha vivido todos los días con la cadena de hierro en el cuello que la tenía amarrada en uno de los rincones de la habitación vacía de su miserable vivienda.
"Hicimos lo que pudimos hasta que encontramos como la única solución las cadenas", indicó el padre, cuya familia de cinco miembros vive en extrema pobreza en una casa arruinada de dos habitaciones, una de ellas reservada para la enferma.
A la chica se le notan mordeduras y hematomas en los brazos y, según confirman sus familiares, ha sido sometida a curas esporádicas y nunca la han internado en un hospital especializado.
El progenitor acusó a las autoridades locales de esta situación catastrófica pues afirma que, aunque sí han tenido conocimiento de ella, se han mostrado indiferentes y lo han abandonado sin prestar ningún tipo de ayuda.
"Hemos recibido una pensión de invalidez de 8700 lek, (63 euros) sólo para un año, que nos la cortaron en marzo pasado", dijo indignado.
Éste es el tercer caso denunciado por la prensa en tan sólo una semana, sobre el trato inhumano de enfermos mentales en Albania por sus familiares, que se han visto obligados a optar por este tipo de medidas atroces por falta de dinero.
Los dos casos anteriores eran de un joven gitano enfermo que vivió tres años atado y de dos hermanas esquizofrénicas que pasaron 22 años de su vida encadenadas en su propia casa, con el conocimiento de los vecinos y las autoridades locales.