CARACAS.- El Gobierno de Perú habría concedido asilo político al ex dirigente estudiantil venezolano Nixon Moreno, coincidieron este lunes en Caracas algunos de sus compañeros y detractores, pese a que las autoridades en Lima no han confirmado oficialmente la noticia.
Recientemente, el ministro de Relaciones Exteriores, José Antonio García Belaúnde, subrayó que las decisiones sobre esta materia se mantendrían en un ámbito confidencial.
Sin embargo, desde el domingo, integrantes del movimiento estudiantil al cual pertenecía Moreno, celebraron que "Nixon cuente hoy (domingo) con el estatus de refugiado en el pueblo peruano".
"Hoy se pone en evidencia el respeto que siente el pueblo peruano por su tradición de acoger a los más débiles y a los que resultan perseguidos por regímenes autoritarios", explicó Ricardo Sánchez, uno de los dirigentes.
Aunque la decisión no es oficial ya fue rechazada por portavoces del gubernamental Partido Socialista de Venezuela (PSUV), quienes tildaron al Gobierno de Lima de "nido de corruptos y de desestabilizadores contra la democracia venezolana".
"En Venezuela está bien claro que no hay perseguidos políticos, sino que en nuestro país se persigue a los delincuentes y a quienes violan las leyes", aclaró Julio Moreno, vocero del partido y diputado.
Moreno, de 34 años, está acusado de haber violado a una agente policial durante disturbios estudiantiles ocurridos en 2006 en la ciudad de San Cristóbal.
El ex líder estudiantil estuvo refugiado durante casi dos años en la Nunciatura Apostólica de Caracas y en junio de 2008, el Vaticano le concedió asilo político, pero el gobierno venezolano le negaba el salvoconducto para salir del país. Desde marzo de este año Moreno se encontraba en paradero desconocido.
Además de él, actualmente están tramitando su asilo en Perú los venezolanos Óscar Pérez, del partido Alianza Bravo Pueblo (ABP), y Didalco Bolívar, ex gobernador del estado Aragua, ambos opositores a Chávez.
En abril, Lima otorgó asilo al principal opositor a Chávez, Manuel Rosales, lo que generó malestar en el Gobierno venezolano, que detuvo el viaje del nuevo embajador venezolano a Lima.
