WASHINGTON.- El Tribunal Supremo de EE.UU. rechazó hoy la petición de John Allen Muhammad, uno de dos francotiradores acusado de matar a diez personas hace siete años en los alrededores de Washington, para que se postergara su ejecución, prevista para mañana.
Muhammad, de 48 años, y el joven Lee Boyd Malvo, que ahora tiene 24 años, fueron capturados después de 13 ataques durante tres semanas que dejaron 10 personas muertas, y sembraron pánico en la capital de Estados Unidos y sus alrededores.
La serie de ataques, la mayoría contra personas que repostaban en gasolineras, ocurrieron apenas un año después de los atentados terroristas del 11 de septiembre, lo que contribuyó a sembrar el pánico en los alrededores de Washington, al punto que se recomendara que los niños no salieran al patio de las escuelas durante el descanso.
Muhammad fue condenado a muerte por uno de los 10 homicidios. La ejecución mediante inyección letal se llevará a cabo a las 02:00 horas GMT del miércoles (23:00 horas de Chile del marte) en el Centro Correccional Greensville, en Virginia.
Los abogados de Muhammad habían presentado el jueves pasado una solicitud ante el Tribunal Supremo para que se postergara la ejecución con el argumento de que, durante el juicio, su cliente estaba paranoico.
Los abogados defensores alegaron que Muhammad sufre una enfermedad mental y daño cerebral causado, en parte, por las palizas que recibió cuando era niño.
Según los abogados, cuando se preparaba para el juicio en 2003 Muhammad "no recordaba los acontecimientos que rodearon los crímenes", y creía que era víctima de una trampa.
También creía que era un profeta y dijo que Malvo había descubierto una cura de hierbas para el sida. Asimismo, afirmó que las Fuerzas Armadas le habían dado instrucción en "combate urbano" en "academias secretas".
Los abogados pidieron una postergación de la ejecución para que se consideren lo que ellos describen como documentación o pruebas adicionales que deben ser escuchadas por los tribunales.
El Supremo se negó hoy a postergar la ejecución de Muhammad y también se negó a escuchar la apelación que habían presentado sus abogados.
Tres de los nueve magistrados del Supremo emitieron una declaración en la que señalan que el caso "deja en evidencia una vez más la perversidad de la ejecución de reos antes que se haya completado su proceso de apelaciones".
Firmaron esa declaración los jueces John Paul Stevens, Ruth Bader Ginsburg y Sonia Sotomayor quienes, sin embargo, agregaron que no disienten con la negativa del Tribunal a escuchar los argumentos legales de Muhammad.