LIMA.- El suboficial de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) que supuestamente espiaba en favor de Chile, Víctor Ariza Mendoza, le confesó al fiscal del caso que recibió desde septiembre de 2005 un promedio de 3.000 dólares mensuales por parte de supuestos contactos chilenos, a los que indentificó como Daniel Márquez y Víctor Vergara.
Ariza está detenido desde hace 16 días y no desde el jueves, como se creía inicialmente, según informaciones extraoficiales publicadas por la prensa de Lima.
Las versiones añaden que Ariza Mendoza quiso negar los cargos, pero tuvo que aceptarlos al ser confrontado con el contenido de la computadora que tenía en un inmueble que supuestamente le servía como base del supuesto espionaje.
El suboficial, expuesto a cargos por traición a la patria que le pueden costar hasta la cadena perpetua, fue detenido por miembros de Seguridad del Estado y obligado a revelar archivos y correos electrónicos que mantenía encriptados. Ese día se le incautaron tres discos duros, un USB y documentos.
El suboficial trabajó en el Departamento de Planes y Operaciones de la dirección de Inteligencia de la FAP entre 2005 y 2009, por lo que tenía a su disposición "información de todos los organismos de inteligencia de las fuerzas armadas, así como planes estratégicos de los tres institutos (Aviación, Ejército y Marina)", según fuentes militares.
Además del "Plan Estratégico Quiñones", que describe el proceso de modernización y repotenciación de la flota de combate de la FAP, Ariza Mendoza supuestamente reveló información más delicada, como el proyecto del Núcleo Básico de Defensa, cuyo objetivo es alcanzar en 2011 un nivel de operatividad de las Fuerzas Armadas para responder y resistir una eventual agresión externa.
"Ahora se comprende por qué Chile ha incrementado sus compras de armamento", señaló una fuente de la FAP citada por la prensa.
El gobierno peruano se ha limitado a confirmar la captura de Ariza Mendoza y a expresar su molestia, pero los detalles de lo ocurrido han sido básicamente filtrados a la prensa local por fuentes anónimas de Inteligencia.
El presunto espía es interrogado en la sede de Seguridad del Estado y aún es incierto si será llevado a un penal militar o común. Otro subalterno de la FAP, sindicado como cómplice y cuya identidad se mantiene en reserva, al parecer fugó a Estados Unidos, por lo que el juez del caso expidió una orden de captura de alcance internacional.