SEÚL.- El Presidente de EE.UU., Barack Obama, llegó hoy a Seúl procedente de Beijing, en la última etapa de su gira asiática, para abordar el programa nuclear norcoreano y las relaciones bilaterales con Corea del Sur.
La agenda oficial de Obama comienza mañana, cuando se reunirá con su homólogo surcoreano, Lee Myung-bak, con quien ofrecerá una rueda de prensa conjunta antes de acudir a un almuerzo en la Casa Presidencial surcoreana.
El programa nuclear norcoreano será el tema principal durante la entrevista entre ambos presidentes, que ya se reunieron en abril en Londres, durante la cumbre G20, y en junio en Washington, cuando Lee efectuó una visita oficial a Estados Unidos.
Se espera que Obama y Lee aborden el llamado "gran pacto" propuesto por el Presidente surcoreano para lograr la desnuclearización completa de la comunista Corea del Norte a cambio de garantías de seguridad e incentivos económicos.
También tratarán la ratificación del Tratado de Libre Comercio (TLC) que ambos países alcanzaron en 2007 y que sigue en espera de obtener el visto bueno de sus parlamentos.
Lee pedirá además la cooperación de EE.UU. para celebrar con éxito la cumbre del G20 que albergará Seúl en noviembre del próximo año.
No está previsto que Obama y Lee traten el envío de soldados a Afganistán anunciado por el gobierno de Seúl a finales de octubre para proteger a sus trabajadores civiles en los programas de reconstrucción, según la Casa Presidencial surcoreana.
Visita a la Gran Muralla
Corea del Sur es la última etapa de la gira asiática del Presidente estadounidense, que previamente lo llevó a Japón, Singapur y China.
Obama se despidió de este último país con una visita a la Gran Muralla, una maravilla humana de tal magnitud que le hizo cavilar sobre la verdadera dimensión de la vida cotidiana.
"Es mágica", dijo Obama mientras descendía solo por una rampa con las manos en los bolsillos. "Nos recuerda el alcance de la historia y que nuestro tiempo aquí en la Tierra no es tan largo. Mejor lo llevamos lo mejor posible", agregó.
Con una chaqueta ligera en medio de un viento frío, Obama encabezó a un grupo de personas que durante media hora caminó por la muralla almenada hacia una atalaya, en una sección restaurada que fue construida hace 500 años.
El Presidente estadounidense recorrió solo la última rampa en momento preparado para los fotógrafos. Varios asistentes de la Casa Blanca se manifestaron felices de que "la fotografía" que planearon salió perfecta.