BRASILIA.- El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil aprobó hoy por cinco votos a cuatro la extradición a Italia del ex activista de izquierda Césare Battisti, condenado en su país a cadena perpetua por cuatro asesinatos y actualmente en huelga de hambre.
El voto definitivo fue del presidente de la máxima corte, Gilmar Mendes, quien consideró que los asesinatos que se le imputan a Battisti fueron "crímenes comunes" y no "políticos", como alega el detenido.
Sin embargo, el caso sigue abierto, pendiente de otra votación de los magistrados sobre los alcances de la extradición.
Battisti, de 55 años y preso en una cárcel en Brasilia, fue miembro del grupo Proletarios Armados por el Comunismo (PAC), un brazo de las Brigadas Rojas, la banda armada más activa durante la ola de violencia política que sacudió a Italia hace cuatro décadas.
En 1993, el ex activista fue juzgado en ausencia por un tribunal italiano que lo halló culpable de los asesinatos de dos policías, un joyero y un carnicero, ocurridos entre 1977 y 1979.
Después del voto de Mendes, el STF interrumpió la sesión para un descanso y cuando vuelva del receso los magistrados se manifestarán sobre el carácter de la extradición, en concreto si la decisión de hoy tiene carácter "obligatorio" para el Presidente de la República o es sólo una "autorización".
En caso de que el Supremo defina la extradición aprobada hoy como una "autorización" al Presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quedará en manos del Jefe del Estado decidir si acata el fallo y entrega a Battisti a las autoridades italianas, o si lo acoge como asilado en Brasil.
Battisti fue detenido en marzo de 2007 en Río de Janeiro y recluido en la penitenciaría de Papuda, en Brasilia, donde permanece pese a que en enero pasado el gobierno brasileño le concedió el estatus de refugiado político.
La solicitud de refugio fue rechazada inicialmente por el órgano oficial que decide sobre esos asuntos, pero aprobada posteriormente por el Gobierno bajo la presunción de que Battisti puede ser objeto de una "persecución política" en su país.
La concesión del refugio desató una tormenta diplomática con Italia, que a modo de protesta llegó a retirar a su embajador en Brasil durante un mes.
El fin de semana pasado, Battisti inició una huelga de hambre para evitar que se le extradite a Italia y ayer fue visitado por un grupo de congresistas brasileños de izquierda, uno de los cuales dijo que el detenido está dispuesto a morir antes que regresar preso a su país.