LIMA.- Cuatro individuos fueron acusados hoy en Perú de pertenecer a una banda organizada que podría haber asesinado a hasta 60 personas para comercializar con su grasa.
El titular de la 57 Fiscalía Provincial Penal de Lima, Jorge Sanz, informó en una nota de prensa que a los cuatro detenidos se les atribuyen los delitos de homicidio por lucro y asociación ilícita para delinquir en agravio del Estado.
La investigación desarrollada por la policía y el Ministerio Público de Perú señala que estos individuos habrían causado la muerte del Abel Matos Aranda el pasado 16 de septiembre con el objetivo de sustraer, según la nota, "tejidos somáticos de la víctima".
Posteriormente, estos tejidos iban a ser comercializados en Huánuco, 415 kilómetros al noreste de Lima, en la propia capital peruana e incluso en Europa.
Los detenidos pertenecerían, según la fiscalía peruana, a una banda de “pishtacos,” vocablo proveniente de la palabra quechua "pishtay” que significa “cortar en tiras” y que hace referencia a una agrupación de asesinos a sueldo que forman parte de la leyendas de los Andes peruanos.
Según el Diccionario Enciclopédico del Perú, del autor Tauro del Pino, los “pishtacos” son una banda de bandoleros que asaltan hombres y mujeres solitarios, a los que degüellan para comer su carne a la manera de chicharrones y vender su grasa.
La tradición también cuenta que a las víctimas de estas bandas muchas veces se les entierra, a veces aún con vida, con el objetivo de fecundar la tierra o dar solidez a las construcciones.
La novela de Mario Vargas Llosa “Lituma en los Andes” también hace referencia a este mito andino, según el cual el autor de estos crímenes es un hombre alto y rubio de ojos claros y complexión atlética.
Dos de los acusados fueron capturados el pasado 3 de noviembre cuando recogían una encomienda de una empresa de transportes consistente en un envase de plástico que presuntamente contenía la grasa extraída de Matos.
En el momento de la detención, uno de los detenidos portaba una pistola, por lo que fue denunciado también por el delito de tenencia ilegal de armas de fuego.
Otro de los detenidos, apresado por la policía dos días después de los dos primeros, también portaba un revólver de calibre 22.