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Santiago: Miércoles 04 de diciembre del 2024 | Actualizado 00:35
LIMA.- La Corte Suprema de Perú analizará desde mañana un recurso de nulidad interpuesto por la defensa del ex Presidente Alberto Fujimori contra la sentencia que lo condenó a 25 años de cárcel por la muerte de 25 personas, y el secuestro de un empresario y un periodista durante su gestión.
La primera sala penal transitoria, que preside el magistrado Duberlí Rodríguez, estableció que el lunes 23 harán uso de la palabra el fiscal supremo Pablo Sánchez y los abogados de la parte civil.
El abogado de Fujimori, César Nakazaki, argumentará su defensa el martes y el miércoles ambas partes podrán realizar sus descargos finales.
Tras escuchar a las dos partes en conflicto, los jueces supremos dispondrán de 30 días para anunciar su fallo que será inapelable.
"Alberto Fujimori no debe morir en la cárcel, sería injusto sobre todo por la lucha contra el terrorismo", dijo Nakazaki a inicios de octubre, tras mostrar dudas de conseguir en los estrados locales la libertad de su patrocinado.
El ex Presidente, que gobernó Perú de 1990 a 2000, fue acusado de homicidio, desaparición forzada y lesiones graves por las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), cometidas por un escuadrón de aniquilamiento del Ejército, que acusó a las víctimas de ser terroristas.
Además fue acusado por los secuestros del periodista Gustavo Gorriti y del empresario Samuel Dyer, en 1992.
La Federación Internacional de Derechos Humanos (FIDH) enviará al ex magistrado español, Antonio Doñate, para participar como observador del juicio en segunda instancia.
En abril, Fujimori se convirtió en el primer presidente constitucional en el mundo en ser condenado en su propio país por violaciones a los derechos humanos.
El ex Presidente gobernó concentrando todos los poderes del Estado de 1990 hasta noviembre del 2000, cuando un escándalo de corrupción comprometió su gobierno por lo que huyó a Japón. Allí vivió por cinco años amparado en su nacionalidad japonesa para evadir una extradición.
En 2005 abandonó Tokio con rumbo a Chile, donde fue detenido y posteriormente extraditado a Perú en septiembre de 2007.
