LONDRES.- En el Reino Unido comenzó hoy la investigación pública televisada sobre las decisiones políticas y militares que llevaron en 2003 a la invasión de Irak.
Los primeros testigos comparecieron para declarar sobre la política del gobierno en Irak antes de la invasión en marzo de 2003. Se espera que en los próximos meses arrojen luz sobre cómo se llegó a la controvertida intervención y sobre qué base legal actuó el gobierno. Aunque se trata de la quinta investigación de la misión británica junto a Estados Unidos en Irak, ninguna había sido tan extensa.
El presidente de la comisión de investigación, John Chilcot, explicó que ésta era "independiente y apolítica", y añadió que no se trata de un juicio. "Nadie está siendo juzgado aquí", agregó.
Sus comentarios se produjeron en reacción a las críticas vertidas contra la comisión por su supuesta falta de independencia al haber sido designada por el gobierno. Frente al lugar en el que se reunió hoy la comisión, hubo protestas aisladas.
La comisión ya se puso en marcha en verano y presentará antes de finales del próximo año un resultado, anunció Chilcot.
La función de la comisión es investigar la política británica para Irak desde 2001 hasta la retirada de las tropas en el verano (boreal) de 2009.
Entre los asuntos más destacados que abordará la comisión están la legitimidad de la invasión y el uso por parte del gobierno de información de inteligencia que sostenía que el entonces Presidente iraquí, Saddam Hussein, poseía armas de destrucción masiva.
A principios del año que viene también será llamado a declarar en calidad de testigo el ex Primer Ministro Tony Blair.
Críticos denunciaron, sin embargo, que con la comisión nadie tendrá que rendir cuentas ante la Justicia y que no se espera un resultado antes de las próximas elecciones. Por el momento han sido llamados a comparecer ante la comisión ex funcionarios de alto rango de los Ministerios de Asuntos Exteriores y de Defensa.
Los funcionarios que comparecieron hoy enfocaron sus declaraciones en la amenaza que presuntamente suponía el régimen iraquí tras los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Peter Ricketts, entonces presidente del Comité Conjunto de Inteligencia, aseguró que el gobierno británico se había distanciado de la posibilidad de derrocar al régimen de Hussein ya por el año 2001. Y eso, pese a que los llamados de Estados Unidos a invadir Irak comenzaban a ser más insistentes.
Mientras, un portavoz de Downing Street, anunció que Gordon Brown también comparecería ante la comisión, aunque por el momento no ha sido llamado. La investigación podría perjudicar enormemente al partido laborista del Premier antes de las elecciones programadas para el verano (boreal) de 2010.
Blair implicó al Reino Unido, en contra de la voluntad de la mayoría de los británicos, en una guerra conjunta con Estados Unidos contra el régimen de Hussein.
Grupos de la oposición y de derechos humanos habían exigido durante años una investigación al respecto. Tras la retirada de las tropas británicas de Irak este verano, Brown dio luz verde a la formación de la comisión.
En la misión del Reino Unido en Irak, en la que al principio estuvieron estacionados en torno a 46.000 efectivos, perdieron la vida 179 soldados. Sus familiares también han sido llamados por la comisión a aportar sus testimonios.