PHNOM PENH.- La Fiscalía del tribunal internacional que juzga el genocidio en Camboya pidió hoy una pena de 40 años de prisión para Kaing Guek Eav, el director del centro de torturas del Jemer Rojo por el que pasaron más de 14.000 personas.
El acusado, más conocido por el nombre revolucionario de "Duch", que adoptó al sumarse a las filas del Jemer Rojo, dirigió entre 1975 y 1979 la prisión secreta S-21 o Tuol Sleng, donde ingresaban los enemigos del Estado para ser interrogados y ejecutados en el campo de extermino de Choeung Ek, a las afueras de la capital.
"El punto de partida debería ser la cadena perpetua ante los crímenes, pero aquí proponemos una reducción a un número fijo de años", explicó el fiscal William Smith, en la presentación de sus conclusiones.
El letrado propuso una pena de 45 años que rebajó en cinco años tras tomar en consideración como atenuantes la cooperación "limitada" del acusado, su aceptación de las responsabilidades, su arrepentimiento y los posibles beneficios que todo ello pueda tener para la reconciliación nacional.
"La sentencia debe reflejar la destrucción perpetrada, la voluntad y el entusiasmo con que el acusado tomó parte en ella", dijo Smith al panel de jueces, formado por tres camboyanos y dos extranjeros.
La acusación imputó a "Duch" en crímenes contra la humanidad (asesinato, exterminio, esclavitud, violación, persecución por razones políticas, religiosas y étnicas y trato inhumano) y violaciones de la Convención de Ginebra (confinamiento de la población civil, maltrato a prisioneros de guerra, asesinato y tortura), con el agravante de abuso de poder, crueldad e indefensión de las víctimas.
"Duch" insistió en su arrepentimiento y pesar, ante las dudas de su sinceridad y los que le acusan de no haber dicho toda la verdad ni haber asumido toda la responsabilidad en los hechos acontecidos en el S-21.
"Mi arrepentimiento lo prueba la plena y sincera colaboración que mantengo con esta corte desde hace diez años", dijo "Duch", quien asumió personalmente el inicio de la presentación de los argumentos finales que presentará la defensa.
"Soy responsable, y lo seré siempre, de la muerte de 12.273 personas (...) Me he propuesto que se me vuelva a ver como parte de la humanidad", concluyó "Duch", al volver a pedir perdón a las "almas de las víctimas" y sus familiares.
El acusado dijo en su descargo que cumplió órdenes porque tenía miedo que sus superiores decidiesen matarle como hicieron con tantos jemeres rojos en las purgas dictadas por la cúpula que dirigía el atrabiliario Pol Pot.
"En aquella época yo no tenía sentido crítico y, en cambio, sí tenía miedo a las purgas y a perder mi posición. Hubo campesinos y militantes que fueron asesinados, tratados como traidores, porque los líderes sospecharon de ellos o porque alguien les había incriminado en una confesión", dijo "Duch".
El abogado defensor camboyano, Kar Savuth, cuestionó la jurisdicción del tribunal internacional auspiciado por Naciones Unidas para juzgar a los antiguos líderes del Jemer Rojo y afirmó que "no hay ningún documento que pruebe que 'Duch' fuera un líder del régimen".
"Todas las prisiones tenían la misma naturaleza, utilizaban las mismas torturas y en ellas se mató tanto como en el S-21. Pero los otros jefes de prisiones viven libres y felices con sus familias. ¿Por qué? ¿Es esto justicia?", añadió el abogado, al presentar a "Duch" como un "chivo expiatorio".
"Duch" es el ex oficial de menor rango del Jemer Rojo que juzgará este tribunal organizado por la ONU y Camboya tras un largo y complicado camino de negociaciones que comenzó en 1997.
La presentación de las conclusiones terminará esta semana y la sentencia se pronuncia a principios del próximo año.
Esperan su turno Khieu Samphan, ex jefe del Estado; Nuon Chea, "hermano número dos" e ideólogo de la organización; Ieng Sary, ex ministro de Asuntos Exteriores; y su esposa, Ieng Thirit, ex titular de Asuntos Sociales.
Alrededor de 1,7 millones de personas murieron a causa de la hambruna, enfermedades y las purgas ordenadas por el régimen de Pol Pot durante el período que gobernaron el país, desde 1975 hasta 1979.