BERLÍN.- El jefe del Estado Mayor del Ejército alemán, Wolfgang Schneiderhan, presentó hoy su dimisión después de que se le acusara de no facilitar toda la información sobre el ataque aéreo que tuvo lugar en septiembre en Afganistán y que acabó con decenas de víctimas civiles.
También abandonó su cargo el secretario de Estado de Defensa, Peter Wichert, informó esta mañana el titular de esta cartera, Karl-Theodor zu Guttenberg, al comienzo de un debate en la Cámara Baja del Parlamento alemán, el Bundestag, sobre la ampliación de la misión alemana en Afganistán.
Los hechos se produjeron después de que el influyente diario alemán "Bild Zeitung" asegurara hoy que se encubrieron informaciones sobre el bombardeo llevado a cabo el 4 de septiembre en Kunduz, en el norte de Afganistán, por orden directa del jefe de las tropas germanas.
"Bild Zeitung", apoyándose en videos y un informe militar, asegura que en total hubo unos 142 muertos, entre ellos de 30 a 40 civiles.
El diario señala, por otra parte, que desde el principio se supo que había civiles, aunque el entonces ministro de Defensa y ahora ministro de Trabajo, Franz Josef Jung, lo negara en un primer momento. Por ello, hoy diputados de la oposición exigieron la dimisión del demócrata cristiano Jung, así como la formación de una comisión parlamentaria de investigación.
Zu Guttenberg aseguró hoy que hasta ayer no tuvo acceso a informes que no fueron publicados "en el anterior período legislativo" (las elecciones generales alemanas tuvieron lugar el 27 de septiembre).
Tras el bombardeo de los dos camiones de combustible efectuado por aviones de la alianza militar OTAN, Schneiderhan asumió la responsabilidad de los hechos, pero minimizó el resultado.
Fue el coronel alemán Georg Klein quien dio la orden de atacar los camiones cisterna, que habían quedado varados en el lecho de un río en la región de Kunduz y cayeron en manos de los islamistas talibanes.
Según una investigación del gobierno afgano, que apunta a 69 víctimas mortales talibanes y 30 civiles, los civiles se habían acercado a los camiones en busca de combustible.
A principios de noviembre se supo que la fiscalía general de Alemania investigará si la orden de bombardear fue lícita en el sentido del derecho internacional.
Hasta ahora, el gobierno alemán no habla oficialmente ni de "guerra" ni de "conflicto armado" en Afganistán. Los fiscales aspiran a despejar esta duda antes de decidir si Klein cometió un delito.
Al parecer, la decisión de bombardear sólo podría haber sido tomada por el comandante de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF), el general estadounidense Stanley McChrystal.
El coronel Klein sólo podría haber ordenado un ataque sin consultar a McChrystal en el caso de que sus soldados se encontraran ante una amenaza directa, algo que no ocurrió.