LA HABANA.- El presidente de Cuba, Raúl Castro, ordenó a sus tropas "no rendirse nunca" y combatir hasta vencer "al enemigo", en el más importante ejercicio militar que realiza el país en los últimos cinco años bajo el objetivo de disuadir a Estados Unidos de una agresión, informó el viernes la prensa local.
"Nunca dejar de luchar, en cualquiera que sea la situación, aunque no tengamos información. Combatir y combatir hasta que agotemos al enemigo y lo derrotemos (...) el objetivo es no rendirse nunca, no dejar de luchar nunca", dijo el general Raúl Castro.
Raúl Castro, jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) desde el triunfo de la revolución de 1959 hasta que asumió la presidencia en febrero de 2008 en relevo de su hermano Fidel, se reunió con los altos mandos militares para supervisar el avance de las maniobras.
"Cuando se pierda el contacto con el mando superior, cada uno tiene que convertirse en el Comandante en jefe, ya sea un general de división o un sargento o un soldado, de la misión que cumpla cada uno", añadió el mandatario cubano, en declaraciones reproducidas por la televisión local.
El diario oficial Granma destacó que el presidente, de 78 años, "comprobó el cumplimiento de las acciones previstas para la primera jornada" del simulacro y "puntualizó con cada jefe sobre diversos asuntos, especialmente acerca del estado de los aseguramientos vitales a la población, en particular los servicios de salud".
Los ejercicios "Bastión 2009", los mayores desde 2004 aunque con austeridad debido a la crisis económica, comenzaron el jueves en toda la isla con el fin de "elevar la capacidad disuasiva para evitar una confrontación militar" con Estados Unidos, subrayó.
Los ejercicios concluirán el sábado, pero el domingo, "Día Nacional de la Defensa", se espera que cuatro millones de miembros de la reserva militar (todos los cubanos mayores de 36 años) y las Milicias de Tropas Territoriales (alrededor de un millón de hombres y mujeres obreros y empleados) realicen ejercicios.
Tras la llegada de Barack Obama a la Casa Blanca bajó la retórica de enfrentamiento entre Cuba y Estados Unidos -sin relaciones diplomáticas desde 1961- y alivió el embargo, pero insiste en demandar apertura democrática y respeto a los derechos humanos.