NUEVA YORK.- La embajadora de Estados Unidos ante Naciones Unidas (ONU), Susan Rice, calificó hoy de "inaceptable" la decisión de Irán de construir diez nuevas centrales nucleares para enriquecer uranio y advirtió que ello contribuirá a profundizar su aislamiento internacional.
La representante estadounidense señaló que la República Islámica parece decidida a no aceptar las propuestas internacionales que se le han presentado para resolver el contenciosos sobre su programa nuclear, que Estados Unidos y otros países sospechan que alberga fines militares.
"Consideramos que el anuncio iraní, si es correcto y se lleva a cabo la construcción de diez centrales, es totalmente inapropiado y profundizará el aislamiento internacional de Irán. Francamente, lo vemos como inaceptable", dijo Rice a la salida de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU.
Recordó a Teherán que la política de la comunidad internacional respecto al programa nuclear iraní marcha por dos vías paralelas, que son la de las negociaciones y la de las sanciones.
"Mientras Irán adopte decisiones que parecen indicar que no está dispuesta ni tiene voluntad de aceptar las ofertas propuestas en la vía de la negociación, le daremos mayor importancia a la vía de la presión", advirtió Rice, quien resaltó que "el tiempo se acaba" para Teherán.
Francia, Estados Unidos y Rusia han ofrecieron al régimen iraní un acuerdo para enviar su uranio al exterior y recuperarlo enriquecido al 19,5 por ciento tiempo después en las condiciones que Irán dice necesitarlo para alimentar su reactor de investigación en la capital.
Sin embargo, la República Islámica no ha respondido a esta propuesta y en su lugar el Consejo de Ministros iraní aprobó el domingo un proyecto de Ley para la construcción de las nuevas plantas.
La decisión iraní ha sido interpretada como una respuesta a la resolución de condena aprobada el pasado viernes por el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
El texto, impulsado por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania, supuso un toque de atención a Teherán, sobre todo por la construcción clandestina de una nueva planta de enriquecimiento de uranio, de la que exigieron su "inmediata" suspensión.