TEGUCIGALPA.- El Congreso hondureño rechazó este miércoles restituir al depuesto presidente Manuel Zelaya poniendo fin al Acuerdo Tegucigalpa/San José, tras alcanzar los 65 votos mínimos necesarios para ello.
Los detractores de la restitución de Zelaya lograron los 65 votos necesarios, mientras que los partidarios de reintegrar al Mandatario lograban 10 sufragios de diputados de la Unidad Democrática (UD) y del Partido Liberal (PL), cuando casi medio centenar de diputados tenía que votar todavía.
El Congreso rechazó así el punto 5 del Acuerdo suscrito por las delegaciones del mandatario depuesto y del Gobierno de facto de Roberto Micheletti, el pasado 30 de octubre, bajo la égida de Estados Unidos. Con este rechazo, el documento ya es letra muerta y el golpe de Estado se consolida.
Zelaya "ya es historia", anunció poco antes Micheletti en una entrevista con el Canal 10 de televisión, tras reincorporarse este miércoles a su puesto tras permanecer apartado una semana para no afectar las elecciones del domingo pasado.
El Presidente electo por arrolladora mayoría en los comicios del domingo, Porfirio Lobo, del opositor Partido Nacional (PN), asumirá la presidencia de Honduras el próximo 27 de enero.
Buena parte de la comunidad internacional exigía la restitución de Zelaya para reconocer los comicios del domingo, con los que el Gobierno de facto espera pasar página a esta crisis, que ha convertido a Honduras en escenario de una lucha ideológica entre conservadores, la izquierda latinoamericana y los seguidores del Socialismo del Siglo XXI que propugna el Gobernante venezolano, Hugo Chávez.
"No debe de haber ni vencedores ni vencidos", pidió el presidente del Congreso José Alfredo Saavedra tras el fallo inapelable de los parlamentarios.
Antes de que cada diputado anunciara su voto en una larguísima sesión, la Corte de Justicia, la Procuraduría, el Ministerio Público y el Comisionado de Derechos Humanos habían considerado "inviable" la restitución de Zelaya. Según la primera, Zelaya está acusado de traición a la patria, desobediencia a órdenes judiciales, violación de los deberes de los funcionarios y abuso de autoridad, "encontrándose activa la orden de captura librada contra el imputado".
Zelaya está acusado de violar la Constitución por su decisión de convocar una consulta popular con vistas a convocar una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Carta Magna y permitir la reelección presidencial.
La suerte del Mandatario depuesto quedó sentenciada tras la intervención del presidente de la bancada del Partido Nacional, Rodolfo Irías Navas. Con 55 diputados, su grupo parlamentario había decidido por "unanimidad" votar contra la restitución de Zelaya, refugiado en la embajada de Brasil desde el pasado 21 de septiembre, cuando regresó clandestinamente al país.
"No merece una posición de cálculo de oportunismo en procura de un sector político interno y de un bloque de naciones agrupadas por intereses que no necesariamente son los de Honduras", justificó Irías Navas.
Si el Presidente electo, Lobo, no llega a algún tipo de acuerdo, las alternativas de Zelaya se reducen cada día más: su entrega a la justicia o el exilio.