Al Qaeda reivindica atentados que dejaron 127 muertos en Bagdad

BAGDAD.- El grupo representante de Al Qaeda en Irak se adjudicó hoy la responsabilidad de los ataques con bombas ocurridos esta semana en Bagdad, en los que murieron 127 personas y más de 500 resultaron heridas, y advirtió sobre nuevos ataques contra el gobierno iraquí.

El grupo conocido como Estado Islámico de Irak dijo en un comunicado publicado en Internet que los ataques en la capital iraquí tenían como objetivo los "bastiones del mal y las guaridas de los traidores".

También advirtió que el grupo está "determinado a destruir los pilares de este gobierno" en Irak y dijo que "la lista de objetivos de sus ataques no tiene fin". La autenticidad del comunicado no pudo ser verificada de forma independiente, pero fue publicado en un sitio de Internet que se suele utilizar para divulgar mensajes de los rebeldes.

Las explosiones ocurridas el martes son de las más graves cometidas contra el gobierno en la capital iraquí desde agosto, lo que creó dudas sobre la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes antes de las elecciones nacionales del próximo año y de la retirada de las tropas de combate estadounidenses en el país.

El comunicado resaltó la importancia de las advertencias del Ejército estadounidense de que los insurgentes podrían continuar con ataques graves en su intento por desestabilizar al gobierno iraquí antes de las elecciones parlamentarias del 7 de marzo próximo.

La declaración del grupo surge al tiempo que el Primer Ministro Nouri al Maliki se enfrentó a cuestionamientos de los legisladores durante una sesión especial en el Parlamento, en la que éstos exigieron respuestas sobre las fallas en la seguridad que permitieron los ataques.

También dejó claro que los más importantes funcionarios de seguridad de al Maliki permanecerán al margen. El Primer Ministro llegó al Parlamento sin la compañía de los ministros del Interior y de Defensa, a pesar de las demandas de los legisladores para que se presentaran y respondieran sus preguntas. Los ministros también se negaron a asistir a dos sesiones convocadas tras los ataques del 19 de agosto y del 25 de octubre, en los que murieron más de 250 personas en total.