COPENHAGUE.- La cumbre de Copenhague sobre el cambio climático entró el viernes en su decisiva recta final, con la llegada del presidente estadounidense, Barack Obama, y la discusión entre jefes de Estado de una declaración que permita impulsar la consecución de un acuerdo.
Obama llegó a la capital danesa para intentar, junto a los otros 120 jefes de Estado y de Gobierno presentes en Copenhague, salvar las negociaciones internacionales destinadas a forjar un nuevo acuerdo mundial de lucha contra el cambio climático.
En ese mismo momento, un grupo restringido de unos treinta mandatarios y otros altos representantes reanudaba sus discusiones a puerta cerrada en torno a un proyecto de declaración política que siente las bases de un acuerdo.
Este grupo está compuesto por representantes de todas las regiones. Incluye a países industrializados (EEUU, Unión Europea, Japón, Rusia, entre otros) y a potencias emergentes y grandes países en desarrollo (como China, India, Brasil, México y Colombia).
Esos treinta líderes políticos ya se habían reunido el jueves por la noche, hasta las 03H00 del viernes, para trabajar en la elaboración de una declaración que sirva de introducción a los dos textos del acuerdo propiamente dicho, negociados bajo la égida del Protocolo de Kioto y de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
"Hemos tenido un diálogo muy fructuoso y constructivo", declaró a los periodistas al término del encuentro el primer ministro danés Lars Loekke Rasmussen, que preside la conferencia. Pero "estamos aún lejos de un resultado", precisó.
Cuando los jefes de Estado y de Gobierno se retiraron a descansar, fueron remplazados en la negociación por sus consejeros, que debían presentarles por la mañana un borrador sobre el cual seguir discutiendo.
"Las cosas evolucionan de forma más positiva que la pasada noche", declaró a la AFP la presidenta demócrata de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi