CIUDAD DEL VATICANO.- El Papa Benedicto XVI afirmó hoy que Belén, la ciudad donde nació Jesús, "lamentablemente en nuestros días no representa una paz lograda y estable, sino una paz fatigosamente buscada y esperada".
Lo dijo el Pontífice en las reflexiones previas a la recitación dominical del Angelus. Dios, sin embargo, "no se resigna nunca a este estado de cosas", prosiguió, hablando en plaza San Pedro frente a miles de fieles en una jornada de frío rígido.
Benedicto XVI lamentó la falta de una paz estable en Belén e invitó a los cristianos a convertirse en mensajeros de paz, en particular en esta "ciudad simbólica".
"Belén es también una ciudad simbólica de la paz, en Tierra Santa y en el mundo entero", dijo.
En su discurso dirigido a miles de fieles y turistas presentes, a pesar del frío, el Papa recordó como mil años antes de Jesús, en Belén había nacido el "gran rey David, que las escrituras concuerdan en presentar como el antecedente del Mesías", en un único diseño divino de paz. "Justamente éste último aspecto de la profecía, el de la paz mesiánica, nos lleva naturalmente, dijo Benedicto XVI, a subrayar que Belén es también una ciudad símbolo de la paz en Tierra Santa y en el mundo entero".
"Lamentablemente en nuestros días, ésta no representa una paz lograda y estable, sino una paz fatigosamente buscada y esperada", agregó.