CHICAGO.- Ventiscas, nevadas, lluvias, inundaciones, tornados: ese es el panorama de gran parte de Estados Unidos este viernes, lo que ha vuelto muy peligrosos los desplazamientos y ha provocando la anulación de numerosos servicios religiosos de Navidad.
Al menos 23 muertes, la mayoría en accidentes de tránsito, fueron atribuidos a las poderosas tormentas que se desataron en el centro del país desde el miércoles. Varias autopistas interestatales debieron cerrarse y miles de automovilistas quedaron varados en el frío, en el momento del año en que los estadounidenses tradicionalmente viajan más.
Entre los fallecidos figuran tres automovilistas de Oklahoma (sur) que fueron atropellados por otros vehículos luego de haber dejado sus propios vehículos. En Luisiana (sur), un hombre murió aplastado por un árbol que cayó sobre su casa.
Los meteorólogos no creen que este sistema, que es la segunda tormenta brutal que azota Estados Unidos en la última semana, se despeje antes del sábado.
"Esto es un desastre" que abarca dos tercios del país, con severas tormentas eléctricas en la costa del golfo (de México, en el sur), heladas a lo largo del litoral este y una furiosa ventisca en el Medio Oeste, indicó Chris Vaccaro, portavoz del servicio de meteorología estadounidense.
En Oklahoma City (Oklahoma) la nieve alcanzaba 35 cm, un récord absoluto para ese estado. Además se emitieron alertas de ventiscas en Dakota del Norte (norte) y en Texas (sur), donde la ciudad de Dallas -que no había tenido una Navidad blanca desde 1926- estaba cubierta por 7,5 cm de nieve.
Junto con ello, 5.000 hogares quedaron sin electricidad en el estado central de Iowa, según el diario Moines Register. Y cientos de vuelos fueron anulados en numerosos aeropuertos el jueves y este viernes.