La famosa Casa de la Ópera de Sydney iluminada por el espectáculo.
REUTERSSYDNEY.- Cerca de 1,5 millón de personas se congregó hoy en el puerto de Sydney, para despedir el año 2009 con una gigantesca fiesta que fue coronada por un gran espectáculo de fuegos artificiales.
Más de 36.000 artefactos pirotécnicos surcaron el cielo de Sydney sobre el Puente Metálico y la Casa de la Ópera, lanzados desde 15 puntos distintos. La administración de la ciudad defendió el gasto de 650.000 dólares australianos: al fin y al cabo, la de Sydney es la primera gran fiesta de fin de año del mundo, y el impacto publicitario es único.
Pero quienes se acercaron a dar la bienvenida a 2010 no pudieron brindar con champán: la policía prohibió el consumo de alcohol en todos los parques aledaños, a fin de evitar incidentes violentos como en años anteriores.
Tres horas antes de que en la metrópolis australiana, la isla de la Navidad fue la primera en festejar la entrada del nuevo año. Los aproximadamente 5.000 habitantes de la pequeña isla de 300 kilómetros cuadrados situada en el Pacífico fueron los más madrugadores del globo en dar la bienvenida a 2010.
En tanto, Samoa será el último territorio en despedirse de 2009, ya que está ubicado al este de la línea internacional de cambio de fecha.