BUENOS AIRES.- Las patronales agropecuarias de Argentina iniciaron hoy una huelga comercial de siete días que promete no generar desabastecimiento ni alza de precios, pero sí "un impacto político" en el inicio del año electoral en el país, uno de los mayores productores y exportadores mundiales de alimentos.
El cese en la comercialización de granos, que se extenderá hasta la medianoche del próximo domingo, agudiza el enfrentamiento que mantiene desde 2008 el sector agrario con el Gobierno de Cristina Fernández, a quien el oficialismo señala como candidata a la reelección en los comicios de octubre próximo.
Las asociaciones del campo iniciaron la novena huelga comercial en casi tres años en rechazo a la política que el Gobierno aplica a los productores de trigo que, según las patronales, provoca pérdidas por las distorsiones generadas en el precio del cereal.
Las entidades se oponen a los cupos a la exportación de trigo y maíz establecidos por el Gobierno desde 2006 para garantizar el abastecimiento interno e impedir mayores subas en los precios.
Consideran además "insuficiente" el levantamiento de las trabas para las ventas al exterior dispuesto el miércoles pasado por el Ministerio de Agricultura.
"Reclamamos la apertura total de las exportaciones, que se cambie el sistema de comercialización y que los productores trigueros reciban el precio pleno de la producción de trigo que venden", sostuvo hoy el presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Hugo Biolcati, en declaraciones radiales.
Los productores de trigo consideran que la regulación oficial anula la competencia entre los molineros y los exportadores, que pagan por el trigo un 20 por ciento menos en relación con el precio internacional luego de descontados los impuestos a la exportación (unos 60 dólares por tonelada del grano), argumentan.
El subsecretario de Agricultura, Oscar Solís, reiteró hoy que el Estado controlará desde esta semana a los molineros y exportadores para verificar si pagan a productores un precio menor al que estipula el mercado internacional.
"No le encuentro el sentido a la protesta porque nosotros reconocemos el problema y estamos en dirección a resolverlo. Argentina tuvo (en la campaña 2010-2011) una producción histórica de trigo. Y el productor necesita vender", aseguró a su vez el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, al recordar que la huelga comienza en plena época de venta de la cosecha.
Domínguez opinó que la protesta sólo perjudica al productor, mientras fuentes del sector coinciden en que no afectará a los exportadores porque tienen grandes inventarios.