DUBLIN.- Una carta del Vaticano de 1997, recientemente revelada, advirtió a los obispos irlandeses que no reportaran a la Policía todos los casos de supuesto abuso de menores por parte de sacerdotes, al considerar que sería violatorio del derecho canónico.
La misiva, caratulada "estrictamente confidencial" y que nunca había sido publicada, documenta el rechazo de la Santa Sede en aquellos momentos en que la Iglesia Católica irlandesa empezaba a ayudar a los agentes policiales a identificar a los religiosos pederastas.
En la carta, el nuncio del Vaticano en Irlanda en ese tiempo, arzobispo Luciano Storero, dijo a los obispos que un panel eclesiástico en la Santa Sede, la Congregación para el Clero, había decidido que la política de la Iglesia irlandesa, de un año atrás, de reportar "obligatoriamente" las denuncias de abusos, contradecía el derecho canónico.
Storero enfatizó que la política de la Iglesia irlandesa no era reconocida por el Vaticano y que era "meramente un documento de estudio". Agregó, según la emisora irlandesa "RTE", que debía seguirse minuciosamente el derecho canónico, que requería manejar las denuncias de abusos sólo dentro de la Iglesia.
Sin entrar en detalles, el arzobispo Storero, que falleció en 2000, escribió que denunciar obligatoriamente las denuncias de abusos de menores a la Policía "plantea serias reservas de naturaleza tanto moral como canónica".
La carta dijo que la Congregación para el Clero establecería políticas mundiales para la protección de la infancia "en el momento adecuado".
El Vaticano no ha aceptado formalmente ninguno de los tres principales documentos de la Iglesia irlandesa sobre protección de menores desde 1996. Los tres ponen énfasis en la denuncia obligatoria de supuestas ofensas.
El contenido de la carta de Storero fue reportado de segunda mano en 2009 como parte de una investigación del encubrimiento de centenares de casos de abusos en la arquidiócesis de Dublín de 1975 a 2004.