EL CAIRO.- En medio de la multitudinaria convocatoria, los principales grupos de la oposición egipcia rechazaron hoy martes rotundamente la propuesta del Presidente Hosni Mubarak, de dialogar con las fuerzas políticas con el fin de efectuar reformas constitucionales.
"El pueblo y los Hermanos Musulmanes rechazan cualquier diálogo con Mubarak, con su vicepresidente o con el Gobierno, y la principal demanda para todos es el derrocamiento del régimen", aseguró un portavoz del grupo disidente, Gamal Nasar.
Para los "Hermanos Musulmanes", que representan la mayor fuerza opositora de Egipto, "el problema no es con la persona de Suleimán, sino con las políticas de este régimen", contra el que centenares de miles de personas protestan en el centro de El Cairo y otras ciudades del país.
Esta formación islámica ilegalizada lanzó además su propia "hoja de ruta" para preparar el Egipto post Mubarak: el presidente del Tribunal Constitucional Supremo, Faruk Sultán, debería reemplazar al Mandatario después de que éste dimita por carecer ya su régimen de legitimidad.
Según los "Hermanos", la Constitución contempla que el presidente del Parlamento, Fathi Surur, asuma el mando tras la renuncia de Mubarak, pero consideran que aquel también está "invalidado" para ejercitar el cargo, por lo que finalmente la responsabilidad debería recaer en Sultán. Después de esto, se celebrarían elecciones parlamentarias transparentes y se reformaría la Constitución.
La misma postura de rechazo al diálogo con Mubarak la expresó también la "Asamblea Nacional para el Cambio" -que apoya al Premio Nobel de la Paz Mohamed El Baradei-, que calificó la propuesta de diálogo como "inválida", según dijo Hasan Nafae, uno de los dirigentes de este grupo.
"La petición del presidente a Suleimán no es válida porque el vicepresidente no tiene poderes para dialogar con las fuerzas políticas. Mubarak quiere mostrar que todavía tiene el poder verdadero, mientras que el poder ya lo tiene la calle", insistió Nafae.
La iniciativa de Mubarak para mantener un diálogo con las fuerzas políticas se produjo después de nombrar a los ministros del nuevo Gobierno, 15 de ellos procedentes del antiguo gabinete, algo que también rechazó la oposición.
La oposición considera tanto la oferta de mantener un diálogo con las fuerzas políticas como la formación de un nuevo Gobierno meros intentos de ganar tiempo y contener la revuelta popular hasta que los manifestantes decidan volver a sus casas.
El "Movimiento 6 de Abril", un grupo de jóvenes opositores que convocó por internet la primera manifestación masiva del martes pasado, se mostró dispuesto al diálogo con el Gobierno, pero después de que Mubarak deje la Presidencia.
"Cualquier negociación mientras que esté Mubarak en el poder es inútil", aseguró el portavoz de este movimiento, Ahmed Maher.
De momento, la oposición sólo está dispuesta a dialogar con el Ejército, el único órgano en el que confía, y por ello intenta formar un comité de miembros de distintas tendencias opositoras para negociar con las Fuerzas Armadas sobre un traspaso pacífico del poder.
Mientras tanto, insiste en que utilizará las protestas en la calle para presionar a Mubarak hasta que se vaya con su régimen del poder y confía en que sus últimos días a la cabeza de este país están muy cerca.