EL CAIRO.- Este viernes centenares de egipcios se dirigían hacia la plaza Tahrir de El Cairo para sumarse a los miles de manifestantes que pasaron allí la noche, con la expectativa de asestar un golpe decisivo al Presidente Hosni Mubarak, tras once días de multitudinarias protestas.
Las personas hacían cola frente a una barrera donde los soldados registraban sistemáticamente a quienes querían entrar en la plaza.
"Queremos que se abra otra entrada", reclamaban decenas de personas procedentes del puente Qasr sobre el Nilo, por temor de quedarse afuera al inicio de la plegaria musulmana de los viernes que los líderes opositores quieren transformar en un "Día de la Partida" de Mubarak.
El ministro de Defensa, Mohamed Husein Tantaui, acudió personalmente a la plaza para examinar la situación, anunció la televisión pública.
La plaza fue teatro el miércoles y el jueves de violentos enfrentamientos entre partidarios y adversarios de Mubarak, que dejaron al menos ocho muertos.
Desde el inicio de las protestas, la ONU evalúa que hubo unos 300 muertos y miles de heridos.
Mubarak, de 82 años, en el poder desde 1981, se halla bajo fuerte presión tanto interna como externa, pues sus aliados occidentales le exigen acelerar la transición que prometió el martes, al asegurar que se abstendría de buscar un nuevo mandato en la elección presidencial de septiembre próximo.
Pero el Mandatario no da el brazo a torcer, y el jueves advirtió que su salida dejaría paso al "caos".