EL CAIRO.- El Presidente egipcio, Hosni Mubarak, trató de ganar tiempo el lunes frente a los manifestantes que reclaman desde hace dos semanas que abandone el poder de inmediato, al anunciar un aumento del 15% de los salarios de los funcionarios y de las jubilaciones.
Estos aumentos, decididos en pleno movimiento de protesta sin precedente que sacude al país desde el 25 de enero, entrarán en vigor el próximo 1 de abril.
"Los aumentos de las jubilaciones le cuestan al Tesoro 6.500 millones de libras egipcias (algo más que 1.000 millones de dólares)", precisó el ministro de Finanzas, Samir Radwane, según declaraciones citadas por la agencia Mena.
El gobierno aprobó también la creación de un fondo por 5.000 millones de libras (840 millones de dólares) para compensar a los propietarios de comercios, de fábricas y de vehículos víctimas de robos, de pillaje y de vandalismo durante las manifestaciones contra el régimen de Mubarak.
"El gobierno se preocupa del ciudadano egipcio y quiere mejorar su nivel de vida", declaró el primer ministro Ahmad Shafiq, tras celebrarse la primera reunión del conjunto de Consejo de Ministros desde la remodelación de hace diez días para enfrentar la crisis.
Los anuncios ocurren también al día siguiente de una nueva "sesión de diálogo nacional" entre el poder y la oposición, con la participación de los Hermanos Musulmanes, primera fuerza de oposición. Era la primera vez en medio siglo que el poder y la formación conversaban públicamente.
Estados Unidos aplaudió los encuentros y considera que el proceso político en Egipto está progresando, aunque instó a cualquier nuevo gobierno egipcio a mantener los tratados internacionales vigentes, en alusión al acuerdo de paz firmado con Israel en 1979.
"Obviamente, Egipto tiene que negociar un camino y están haciendo progresos", dijo el Presidente Barack Obama este lunes.