NUEVA YORK.- El Consejo de Seguridad de la ONU instó hoy a Tailandia y Camboya a que declaren un alto el fuego permanente, tras escuchar en una reunión a puerta cerrada los argumentos de ambos países sobre los recientes combates en una zona disputada de su frontera común.
En una declaración leída por su presidenta de turno, la embajadora de Brasil, Maria Luiza Ribeiro Viotti, los 15 miembros del máximo órgano de seguridad de Naciones Unidas también les instaron a ejercer la máxima contención y evitar cualquier incidente que pueda agravar las tensiones.
Asimismo, expresaron su completo respaldo a los esfuerzos de mediación que lleva a cabo Indonesia, que ocupa la presidencia rotatoria de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia (ASEAN), y que ha convocado una reunión de ministros del grupo regional para tratar el caso el próximo 22 de febrero.
"Nuestro objetivo es apoyar los esfuerzos bilaterales y regionales", apuntó tras leer la declaración Ribeiro Viotti, quien resaltó la "profunda preocupación" del Consejo por la gravedad de los enfrentamientos en las proximidades de las disputadas ruinas del milenario templo de Preah Vihear.
Al menos ocho personas han muerto, decenas han resultado heridas y hay aldeanos desplazados en los dos lados de esta zona de la frontera, para la que el complejo arquitectónico supone una fuente de ingresos por las visitas que recibía hasta que comenzaron las hostilidades.
En la reunión celebrada a puerta cerrada, los ministros de Exteriores de ambos países expusieron sus respectivas posiciones respecto a las circunstancias que condujeron a los combates ocurridos a partir del pasado 4 de febrero.
"Hemos explicado al Consejo de Seguridad lo que sucedió en la zona, la agresión tailandesa, en la que usaron bombas de racimo, que están prohibidas por la comunidad internacional", afirmó el titular de Exteriores camboyano, Hor Namhong, quien presentó un informe de "expertos" para sustentar sus acusaciones.
El representante del Gobierno de Phnom Penh lamentó que el Consejo de Seguridad no atendiera la petición camboyana de enviar una misión del organismo internacional a la zona donde se han producido los combates.
"Si tuviéramos soldados de paz, observadores o una misión investigadora, se persuadiría a los dos bandos a no reanudar los combates. Lamentablemente no se pusieron de acuerdo", indicó.