LONDRES.- La residencia oficial del Primer ministro británico, David Cameron, cuenta con un nuevo inquilino. Se trata de Larry, un gato de cuatro años, que fue "adoptado" para acabar con las ratas que han aparecido en Downing Street número 10.
El felino atigrado, procedente de un refugio de animales, llegó al inmueble después de que los británicos vieran un gran roedor negro junto a la puerta principal durante una retransmisión informativa de la "BBC".
Un portavoz de Downing Street aseguró que Larry ya ha demostrado ser un buen cazador de ratas, habilidad que cultivó durante los años que pasó en las calles antes de ser recogido por las autoridades.
Se dice que en Londres, una ciudad muy húmeda con grandes zonas verdes y numerosos canales de aguas subterráneos, nunca se está a más de 10 metros de distancia de una rata y es muy habitual ver a estos animales por la calles o en las vías del metro.
El vocero de Downing Street no aclaró si Larry accederá a la zona de la residencia en la que vive el Primer Ministro, su mujer Samantha y sus tres hijos, el último de ellos una niña de seis meses.
La llegada de Larry en el interior de una jaula transportada por una furgoneta fue recogida por los medios de comunicación que habitualmente hacen guardia frente a este emblemático domicilio.
El gato se convierte así en el último de una larga lista de gatos que han ostentado el titulo oficioso de "Ratonero Jefe".
En 1989, con Margaret Thatcher como inquilina, fue adoptado Humphrey, un gato callejero que permaneció en la residencia con el siguiente Primer Ministro, John Major, hasta 1997.
Se mudó seis meses después de la victoria ese año del laborista Tony Blair, y fueron muchas las informaciones que culparon a su esposa Cherie, a la que no le gustan excesivamente los animales, de que se prescindiera de los servicios de Humphrey.
El último felino que había pasado por Downing Street, en este caso por el número 11 (residencia del ministro de Economía), fue la gata Sybil, propiedad del ex canciller del Exchequer Alistair Darling, que, según diversas informaciones, no se adaptó a la vida urbana y fue enviada a la casa de campo escocesa del ex secretario de Estado.