MANAMA.- Pleno control de las calles de la capital de Bahrein tomaron hoy jueves las fuerzas del Ejército del país, con el objeto de controlar las manifestaciones que exigen reformas políticas y económicas al Gobierno, que registró la renuncia del ministro de Asuntos Exteriores, Nazar Al Bahrna, y del activista Abdullah al-Durazi, mandatados para crear un comité de reconciliación nacional.
La dimisión de estos últimos se da en protesta a la represión policial durante el violento desalojo de las concentraciones en la plaza principal de Manama, que terminó con un saldo de cuatro personas muertas.
También el jeque Ali Salman, presidente de la sociedad chiíta Wifak, condenó la actuación de la Policía. "Así no se puede tratar a manifestantes pacíficos", dijo en una entrevista concedida a la emisora televisiva "Al Jazeera", donde subrayó que no buscan la caída de la monarquía, sino que reclaman reformas políticas.
En opinión de Salman, Bahrein debería transformarse en una monarquía constitucional y el Gobierno debería ser elegido en vez de que los puestos ministeriales son ocupados por amigos del rey Hamid bin Isa al-Khalifa.
No a las reuniones
En vista del creciente conflicto, el ministerio del Interior bahrení ordenó a las personas que eviten reunirse en "lugares sensibles" y céntricos de la capital del reino del Golfo Pérsico.
"El Ejército ha dispuesto que algunas unas unidades empiecen a desplegarse para garantizar la seguridad de los ciudadanos y de los residentes para proteger su libertad y sus bienes contra actos de violencia", detalló el Ejército en un comunicado.
"Las fuerzas de seguridad han subrayado que tomarán todas las medidas estrictas y disuasivas necesarias para preservar la seguridad y el orden general", añadió el ministerio del Interior, que además cifró en 50 los policías heridos en los incidentes, de los cuales 25 están grave y dos con riesgo vital.