PARÍS.- El Presidente francés, Nicolas Sarkozy, pidió hoy miércoles a la Unión Europea (UE) "la adopción rápida de sanciones concretas" contra el régimen libio por la represión "brutal y sangrienta" de las protestas populares, en particular llevar ante los tribunales a sus responsables.
El Mandatario, en una declaración en la que no citó explícitamente el nombre de Moammar Jaddafi, consideró también que hay que plantear contra los autores de las violencias la prohibición de acceso a la UE, la vigilancia de movimientos financieros, así como la suspensión "hasta nueva orden" de las relaciones económicas, comerciales y financieras.
"La comunidad internacional no puede quedarse como espectadora frente a esas violaciones masivas de los derechos humanos", subrayó el Jefe del Estado, que reclamó de nuevo en nombre de Francia "el fin inmediato de la violencia en Libia" e insta a sus dirigentes a poner en marcha sin tardar "un diálogo político para que cese la tragedia".
Sarkozy consideró "indigno" el uso de la fuerza que se está haciendo contra la población civil y justificó las sanciones para que "todos los que están implicados en las violencias sepan que tendrán que asumir las consecuencias de sus actos".
"Francia y los franceses siguen estos acontecimientos con horror y compasión", aseguró antes de recordar que la práctica totalidad de los Estados del mundo, al igual que el Consejo de Seguridad de la ONU, la Liga Árabe o la Organización de la Conferencia Islámica han manifestado rechazo por "esas acciones inaceptables".
Desde la oposición de izquierdas, la secretaria nacional de los Verdes galos, Cécile Duflot, pidió explicaciones a su Gobierno sobre el uso que está haciendo Jaddafi contra su población de las armas que le ha vendido Francia y exigió la suspensión de las entregas de material militar a regímenes dictatoriales.
Duflot, en un comunicado, recordó que durante la visita del líder libio a Francia en 2007, Sarkozy "no dudaba en felicitarse de los importantes contratos de armas firmados con la dictadura libia" por "varios cientos de millones de euros, cifra desmesurada para ese país".