TOBRUK.- Los opositores que controlan el este de Libia, en las ciudades que se hicieron célebres en las batallas de la II Guerra Mundial, ya piensan en marchar sobre Trípoli para poner fin a los casi 42 años de régimen del líder Moammar Jaddafi, quien permanece atrincherado en un cuartel capitalino.
Así lo informó la cadena de televisión "Al Arabiya", que asegura que el cuestionado coronel se encuentra oculto junto a una decena de soldados en un búnker subterráneo del cuartel de Bab al Aziziya.
Tras más de una semana de insurrección y violencia, que dejó centenares de muertos en todo el país, los insurgentes parecen controlar toda la región oriental, desde la frontera egipcia hasta la localidad de Ajdabiya, más al oeste, lo que muestra la pérdida de territorios y el fortalecimiento de la disidencia.
Tobruk, Derna y Benghazi, el epicentro de la rebelión a 1.000 kilómetros de Trípoli, están en manos de la oposición, según los periodistas y los habitantes.
En esta región, limitada al norte por el mar Mediterráneo y al sur por el desierto libio, se encuentran los preciosos yacimientos petrolíferos que sostienen la economía del país.
Mientras en las ciudades más al oeste, incluyendo Trípoli, la capital, todavía se oyen disparos por la noche, las calles de Al Baida, una localidad costera al este de Benghazi, están tranquilas.
Los muros llenos de impactos de bala son la prueba de la violencia de los combates en esta ciudad entre opositores y "mercenarios" a las órdenes del "Guía" Jaddafi.
Pero sus habitantes ya están pesando en otra batalla, la de Trípoli. En una sala de reuniones, una muchedumbre aplaude a diez generales y coroneles que se negaron a seguir las órdenes de disparar contra el pueblo y desertaron.
"Estamos hablando de ir hacía Trípoli, si Trípoli necesita ayuda. Nuestro objetivo es Trípoli en el caso de que no se libere por sí misma", dice un hombre.
"Ya no podemos hacer marcha atrás pero incluso si morimos todos, al menos nuestros hijos no tendrán que vivir con él", explica otro insurgente en referencia a Moammar Jaddafi, que gobierna Libia con mano de hierro desde 1969.
"Dimití y luego vine a Al Baida por solidaridad con mi pueblo. Estaré en primera línea para defendernos de cualquier ataque que venga del exterior", asegura el general Salah Mathek, un responsable de la policía judicial.
"Ellos (los partidarios de Kadhafi) dicen que soy un traidor. Pero no, tengo principios", añade. "Nos dieron la orden de atacar al pueblo y me negué. No se pueden utilizar las armas contra los jóvenes", explica otro general, Abdel Aziz Al Busta.
"En el este nunca hicieron nada por nosotros. Todo lo que pueden ver lo hizo el rey" Idris, derrocado por Kadhafi en 1969, asegura Jaled Abdul Aziz, un sargento de policía.
"Nos unimos a la revolución cuando vimos a los mercenarios que disparaban contra la juventud. Fue el momento decisivo, una violación de nuestro código de honor", añade.
En el hospital, varias personas heridas en la pierna o el pecho están recibiendo tratamiento. "Disparaban en todas direcciones en el centro de la ciudad. Disparaban incluso contra los que estaban dando los primeros auxilios", explica un hombre de 27 años.
Una prueba de ello es Mohammed Ebreke, de la Media Luna Roja (Cruz Roja), que resultó herido en un costado cuando estaba transportando a un herido.