El Ejecutivo fue integrado tras un acuerdo entre el ex ministro de Justicia Mustafa Abdul Yalil con líderes tribales.
AgeciasTRÍPOLI.- La oposición formó hoy domingo un gobierno de transición en Libia una semana y media después del inicio de las revueltas contra Moammar Jaddafi.
El Ejecutivo fue integrado tras un acuerdo entre el ex ministro de Justicia Mustafa Abdul Yalil con líderes tribales. Yalil comunicó a través de Twitter que el gobierno estará operativo solamente tres meses y que luego será sustituido por uno elegido en las urnas.
El nuevo Ejecutivo tiene su sede en Bengasi, la segunda ciudad del país. Mientras tanto, en la capital, Trípoli, la situación sigue tensa, con muchos residentes haciendo colas frente a los bancos.
"Cuando la gente vio lo que pasa en otras ciudades se fueron rápido al banco para sacar dinero y adquirir lo indispensable", dijo un residente en una conversación telefónica.
Muchos libios intentaron hoy también sin éxito cobrar los 500 dinares (unos 289 euros/410 dólares) por familia que había prometido el clan Jaddafi.
"Muchas familias hicieron fila para nada", dijo el hombre, que estimó que un 90 por ciento de las tiendas han vuelto a abrir y con precios más bajos, al parecer por orden de Jaddafi.
"Un paquete de azúcar cuesta 1,25 dinares, antes eran dos", explicó. Tampoco han abierto los mercados estatales donde los ciudadanos esperaban recibir azúcar, aceite y verduras gratuitos, como había prometido el gobierno.
Las escuelas siguen cerradas. "La mayor parte de la gente no se siente segura como para enviar a sus hijos al colegio", indicó el hombre.
Con respecto a la situación de seguridad, los datos son contradictorios. "Las únicas fuerzas de seguridad en la ciudad son policías de tráfico. No se ve al Ejército". Y muchos libios han vuelto a conducir sus coches y las calles ya no están desiertas.
En la red social Twitter se leen en cambio otros testimonios. "Juro que todo el que diga que la situación en Trípoli es normal es un mentiroso. Nos sentimos como a punto de explotar (...) Si salimos de casa no sabemos si volveremos (...). La gente tiene miedo de la falta de alimentos", twitteó una persona con las siglas LPC.