Familias cargan con sus pertenencias mientras son evacuados en masa desde Futaba, ciudad cercana a la central nuclear de Fukushima.
EFE
JAPÓN.- Las autoridades japonesas iniciaron hoy las primeras obras para reubicar a los cientos de miles de evacuados por el terremoto del día 11, el peor desastre en Japón desde la II Guerra Mundial, muchos de los cuales sufren aún falta de servicios básicos.
Entre los escombros en los que se han convertido numerosos pueblos costeros del noreste de la región japonesa de Tohoku se han hallado hasta hoy 7.508 cadáveres, mientras la lista de desaparecidos ha crecido hasta los 11.680 nombres, además de 14.425 viviendas destrozadas, según el último recuento de la policía.
Pueblos enteros como Futaba, a espaldas de la peligrosa central nuclear de Fukushima Daiichi, han quedado vacíos con toda su población desplazada a refugios provisionales, mientras sus alcaldías, ahora errantes, aseguran que seguirán funcionando para defender los intereses de esa comunidad.
Poco a poco, los esfuerzos de los equipos de salvamento y el Ejército para acabar con la escasez en la zonas más remotas comienzan a surtir efecto con la puesta en marcha de un plan para distribuir combustible y material de primera necesidad.
No obstante, la cadena NHK mostraba hoy mensajes desesperados enviados por familias de Iwaki u otras localidades de la provincia de Fukushima, que pedían ayuda urgente: "Estamos alcanzando nuestro límite. No tenemos gasolina, alimentos, ni agua corriente", decía uno de los textos.
Otras zonas del noreste como Iwate o Miyagi, las dos provincias con mayor número de víctimas, siguen sufriendo temperaturas por debajo de cero, que minan la fortaleza de las víctimas de la crisis humanitaria causada por el terremoto de 9 grados y el tsunami posterior que sacudió Japón hace ocho días.
La tragedia también se vive en hospitales de las zonas de difícil acceso, como algunos lugares de la provincia de Iwate, en los que los médicos no pueden utilizar el instrumental por falta de luz o hay graves problemas para pacientes que necesitan diálisis, según las imágenes mostradas por NHK.
Al temor suscitado por las constantes réplicas se suma entre los refugiados más humildes y sin apenas medios la ansiedad de buscar un nuevo hogar, pese a que la solidaridad ha hecho que muchas ciudades como Kochi, al sur del país, se hayan ofrecido a acogerlos.
En la provincia de Iwate ya se han comenzado a instalar las primeras casas prefabricadas de un total de 8.800 proyectadas por las autoridades para alojar a personas sin hogar.