EMOLTV

Chilena relata cómo es vivir en Japón post terremoto

Jessica Robles se tuvo que separar de cuatro de sus hijos que desde ayer están en Chile. Mientras tanto, ella y su marido intentan retomar su rutina habitual en Tokyo, en medio de una compleja situación.

26 de Marzo de 2011 | 11:17 | Por Pilar Lagos, Emol
imagen

La foto muestra a una familia japonesa en la zona costera de Rikuzentakata.

EFE

SANTIAGO.-  Son las 8:43 de la noche en Japón y en la casa de la familia Pierret hay un silencio, un vacío. Cuatro de los cinco hijos de Jessica Robles y Alex Pierret desde ayer están en territorio nacional. Tres de ellos jamás habían visitado Chile.


En Tokyo, el panorama es similar. "Hay menos extranjeros. Diría que en los trenes, el 95% de las personas son japonesas y hay uno que otro extranjero", relata telefónicamente desde Japón, Jessica Robles.
 
La mujer es de nacionalidad chilena y ha vivido 13 años en Japón. Cuenta que el día del terremoto, estaba en el segundo piso de la empresa donde trabaja. "De repente empezó el temblor de a poco y luego se volvió más fuerte y más fuerte", cuenta.


En la empresa donde trabaja sólo hay japoneses. "Ellos son mucho más tranquilos". Y añade: "Creo que los chilenos somos más acelerados. Yo me empecé desesperar, pero vi que todos estaban sentados. Luego, cuando comenzó más fuerte, el jefe dijo que había que pararse y todos nos fuimos a la puerta".


Lo primero que hizo fue rezar por el bienestar de su familia. Intentó comunicarse varías veces. “Todos tenemos móviles, hasta el más chiquito por si pasaba una desgracia todos íbamos a tener cómo comunicarnos”, aunque ese día los móviles no funcionaron, todas las líneas colapsaron. 


“Era una desesperación inmensa, quería irme pero los trenes quedaron inmediatamente suspendidos y no podía irme a la casa altiro porque me decían que era peligroso y justo vinieron dos replicas de nuevo”, cuenta.


Después de haberse comunicado con su esposo, Jessica salió del trabajo rumbo a su casa. Una experiencia nueva, ya que nunca se había preocupado por conocer la ruta a pie.


“Salí del trabajo y caminé más o menos por donde yo me acordaba cuando mi esposo me llevaba al trabajo pero me perdí. Di una vuelta tonta porque después llegué como al mismo lugar. Preguntando logré llegar a la siguiente estación de mi trabajo. Las piernas se me doblaban porque llevaba dos horas caminando”.


A pesar de estar contenta porque toda su familia se encuentra bien,  Jessica no puede evitar sentir pena. “Cuando empiezo a ver todas las imágenes del tsunami, me pongo a llorar porque dentro de todo tú llevas hartos años viviendo acá y como que ya no te sientes tan extranjero. Tú entiendes lo que están diciendo, ves cómo sufre la gente, te llega al corazón”.


Tras la situación de los reactores nucleares,  Jessica y su esposo Alex decidieron anotar a los niños en la lista de evacuados, ya que Jennifer, Jean Paul y Jacques (10, 8, 7) son menores de edad. Los tres no tenían ni pasaporte para salir. “Les tuve que sacar esos pasaportes que se usaban antes en Chile que tienen duración de un año”.


El lunes recibió una llamada de la Embajada de Chile, preguntando si los niños junto a hermana Jessica (19) iban a regresar. De hecho, no tuvo tiempo de procesarlo. “Creo que es mejor porque no me dio tiempo de sentir pena”, aunque igual lloraron al despedirse porque nunca se había separado.


Nueva vida en Tokio


Hace tres días que esta familia se separó -el hijo mayor se quedó en Japón- pero todos los días habla con ellos. Se envían mensajes de texto y se comunican harto.


Poco a poco la rutina diaria también se está regularizando. “Las personas japonesas acá dicen que se espera que todo se normalice durante el verano de Japón que es como en julio”, cuenta Jessica.


"Acá donde nosotros vivimos la gente anda normal, algunos usan mascarilla otros no, unos andan con gorros, otros no, algunos usan guantes y la vida está como siempre la has visto".


Hay ciertas cosas a las que si hay que tenerle más cuidado. Sólo se puede consumir agua envasada, tener cuidado con ciertas verduras y otros comestibles. En los supermercados, poco a poco se encuentra de todo y la población tiene la seguridad que todo lo que venden se puede consumir.


Si todo sale acorde al plan, la familia Pierret podría estar junta pronto. "Se supone que los niños estarían en Chile dos o tres meses y luego volverán". Pero si empeora la situación ellos también se irían. "Como tú has formado toda tu vida acá, es difícil dejarlo todo, aunque si hay que hacerlo se deja lo material, que es secundario".

EL COMENTARISTA OPINA
¿Cómo puedo ser parte del Comentarista Opina?