DAMASCO.- Las fuerzas de seguridad de Siria lanzaron gases lacrimógenos hoy lunes contra miles de manifestantes en la ciudad de Deraa, coincidiendo con la sangrienta represión a la que recurrió el Presidente Bashar al-Assad para afrontar la agitación social más seria ocurrida en sus 11 años en el poder.
Testigos dijeron que 4 mil personas protestaban en demanda de mayores libertades políticas, cuando los agentes policiales atacaron a la multitud e hicieron disparos al aire para dispersarla.
La televisión siria rechazó las versiones de que las fuerzas de seguridad hubieran abierto fuego contra los manifestantes.
Mientras esto ocurría en Deraa, en la ciudad de Latakia, la principal localidad portuaria del país, grupos armados parecían dispuestos a la confrontación y amenazaban con una escalada de la violencia. De hecho, los residentes se estaban armando e instalaron algunos puestos de control para protegerse.
El Presidente Bashar al-Assad tiene previsto pronunciar mañana un discurso ante la nación e intentará aminorar la crisis con el levantamiento del estado de emergencia que ha estado vigente durante casi 50 años. También es previsible que anule otras restricciones severas sobre libertades civiles y políticas.
Siria ha sido cimbrada por manifestaciones que han durado poco más de una semana y que dieron inicio en la ciudad de Daraa y que se propagaron el viernes a nivel nacional. Dicho día, las fuerzas de seguridad dispararon contra los manifestantes en al menos seis localidades.
El número de muertos, en tanto, se elevó a cuando menos 61 desde el 18 de marzo, según la organización Human Rights Watch.