NUEVO LAREDO.- Al menos 59 cadáveres fueron hallados en un rancho del estado de Tamaulipas, en el noreste de México y fronterizo con Estados Unidos, en una operación en la que 11 personas fueron detenidas y cinco secuestrados liberados, informó este miércoles la fiscalía.
La Procuraduría de Tamaulipas dijo que en total se hallaron ocho fosas clandestinas en el ejido La Joya, en jurisdicción del poblado de San Fernando, el mismo en donde en agosto se hallaron 72 cadáveres de emigrantes de Centro y Sudamérica, asesinados por narcotraficantes según autoridades.
La operación se inició tras la denuncia el 25 de marzo del secuestro de los pasajeros de varios autobuses en la zona. Las primeras fosas fueron halladas el sábado.
"Las tareas en proceso permitirán establecer si los cuerpos encontrados en las fosas clandestinas corresponden a los pasajeros referidos", señala el comunicado.
Las primeras pesquisas indican que las víctimas son mexicanos, pero no se puede descartar que haya extranjeros, dijo una fuente de la fiscalía.
"En estos momentos se está llevando a cabo la investigación sobre los cuerpos", señaló telefónicamente a la AFP la fuente, que pidió el anonimato.
El estado de Tamaulipas, limítrofe con Texas, es una de las rutas más frecuentadas por los emigrantes que intentan llegar a Estados Unidos.
En inmediaciones de San Fernando, las autoridades mexicanas hallaron en agosto del año pasado los cadáveres de 72 emigrantes de Centro y Sudamérica que fueron asesinados, según las autoridades basadas en el testimonio de un sobreviviente, por miembros del grupo narcotraficante Los Zetas.
Según el gobierno mexicano Los Zetas, un grupo conformado en los años noventa por militares que desertaron, utilizan el secuestro de migrantes como una forma de financiarse. En otros casos reclutan a los migrantes para pasar cargamentos de drogas en la frontera u otras actividades delictivas.
Los Zetas mantienen un enfrentamiento en el noreste de México con sus antiguos jefes del cártel del Golfo por el control de las rutas de tráfico de drogas, que ha provocado más de 1.600 muertos en los últimos dos años según un conteo oficial.
El gobierno mexicano emitió un comunicado de condena a lo que llamó "hechos reprobables" que dijo subrayan la necesidad de "sumarnos a la condena de la violencia generada por los delincuentes".
El anuncio del descubrimiento de las fosas coincidió con la realización de marchas en 38 ciudades contra los crímenes del narcotráfico y la estrategia seguida por el gobierno.