En su perfil de la red social "Orkut", Wellington mostraba imágenes de cementerios y hombres ensangrentados, y publicaba citas bíblicas.
AFPRÍO DE JANEIRO.- A medida que pasan las horas, aparecen más y más datos respecto a la personalidad de Wellington Menezes de Oliveira (23), el autor de la masacre que costó la vida a 12 escolares de Río de Janeiro y, quien según un familiar, quería chocar con un avión el Cristo Redentor.
Así consta en el diario "O Dia", que accedió a parte del testimonio de un primo del criminal. En él se detalla que el joven cambió su comportamiento tras el ataque a las "Torres gemelas" del 11 de septiembre de 2001.
Las declaraciones del primo, que vivía a solo 300 metros del establecimiento del barrio de Realengo y además pidió anonimato, señalan que Menezes de Oliveira "habló de volar un avión hacia el Cristo Redentor" y se declaraba "fundamentalista". A tanto llegó su obsesión que "practicaba en un simulador en su PC".
De hecho, prosigue el matutino, el asesino se dejó crecer la barba hasta el pecho y sólo cinco días se afeitó para evitar llamar la atención a su ingreso al establecimiento. Sus vecinos, incluso, lo llamaban Bin Laden.
Bullying y esquizofrenia
Todos quienes tratan de definir a Menezes de Oliveira concuerdan en que era una persona tímida, introspectiva, disciplinada y que no registraba antecedentes penales ni policiales.
Según contó al diario "O Globo" Bruno Linhares, un ex compañero del homicida, "él estaba completamente loco" y lo molestaban "por un problema en el pie (...) lo llamaban columpio".
El joven recordó una situación que, conocida la noticia, lo mantiene impactado. "Una vez un compañero le dijo en tono de broma: 'Amigo, tenemos miedo de que un día mates a mucha gente'. Fue divertido, pero ahora parece como si fuera una profecía", dijo.
La psiquiatra Ana Beatriz Barbosa, por su parte, sostuvo que la humillación pública en la escuela, cometida en contra de un adolescente con esquizofrenia, puede haber sido la detonante de la masacre.
"Sufrió el acoso en la escuela y no regresó años más tarde. La intimidación es el termómetro que alimenta la esquizofrenia.
Él preparó todo en detalle por años. Compró armas, aprendió a disparar y esperaba la celebración de los 40 años de la escuela, porque sabía que los egresados pueden entrar fácilmente", planteó, añadiendo que la redacción de la carta dejada por el asesino indica que sufrió abuso sexual.
En un pasaje escribió ninguna cosa impura puede tener contacto directo con una virgen sin su permiso. "Esto es muy característico de los que sufrieron abusos. Pudo haber sido de insinuaciones -como un niño con una predisposición a la esquizofrenia es extraño y pudo haber sido confundido con un gay-. Incluso una violación", explicó.
Lo anterior cobra relevancia, luego de que se diera a conocer que la madre biológica de Menezes de Oliveira sufría dicho trastorno siquiátrico y cuya muerte desató en él problemas de alcohol y tabaquismo.
En tanto, los expertos del Instituto de Criminología Carlos Eboli (ICCE) continuaron con los peritajes en la escuela Tasso da Silveira y aseguraron que el criminal contaba con 66 municiones para los dos revólveres con los que mató a los menores.