RIO DE JANEIRO.- Dos hombres fueron interrogados hoy en Brasil como sospechosos de haber suministrado el arma con la que el pasado jueves un individuo mató a 12 niños en una escuela de Río de Janeiro antes de suicidarse.
Un portavoz policial dijo que los dos fueron arrestados el viernes y quedaron detenidos para interrogarlos. No se reveló el nombre de ninguno, pero, al parecer, uno de ellos puso al pistolero en contacto con el otro, que le vendió el arma ilegalmente.
No estaba claro por el momento si los mismos hombres suministraron la segunda pistola que el atacante usó para desencadenar la matanza.
El portavoz habló bajo la condición del anonimato por no estar autorizado a divulgar la investigación.
Hoy se realizó una ceremonia privada para la duodécima víctima de matanza del jueves, Ana Carolina da Silva, de 13 años. Unos 15 familiares que vestían camisetas con una foto de la niña asistieron a la casa de pompa fúnebres donde fue cremada. No quisieron hablar con la prensa.
El pistolero mató a tiros a 10 niñas y dos niños de 12 a 15 años en la escuela pública Tasso da Silveira, la mayoría de ellos alineados contra la pared y baleados en la cabeza. El atacante, identificado como Wellington Oliveira, de 23 años, que había sido alumno de la escuela, se suicidó con una de sus pistolas después que lo enfrentó la policía. Por lo menos otros 12 estudiantes resultaron heridos.
Familiares y vecinos de Oliveira dijeron que era buen estudiante, pero que tenía antecedentes de problemas sicológicos. Era introvertido y pasaba la mayor parte de su tiempo frente a su computador, donde un hermano dijo que miraba videos donde se enseñaba a disparar armas.
Las autoridades que inspeccionaron su residencia dijeron que el pistolero había quemado su computador, como un aparente intento para obstaculizar la investigación.
Se desconoce el motivo de la matanza. Oliveira dejó una carta en el lugar del ataque, con temas religiosos. Su cadáver permanece en la morgue de Río y las autoridades dijeron que ningún miembro de su familia fue a reclamarlo.