NUEVA YORK.- La jefa del organismo de Derechos Humanos de Naciones Unidas pidió ayer una investigación independiente sobre la muerte de 34 personas en un campamento de disidentes iraníes en Irak, después de que fuerzas de seguridad iraquíes lo invadieron la semana pasada.
"Ahora parece claro que al menos 34 personas murieron en el Campamento Ashraf, incluidas siete o más mujeres", dijo la líder del organismo de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay. "La mayoría tenía disparos, algunos parecían haber sido aplastados hasta la muerte, presumiblemente por vehículos", agregó.
Un portavoz de la ONU dijo que funcionarios de la organización visitaron el campamento y vieron los 34 cadáveres.
La cantidad de muertos era la misma que habían reportado los residentes del campamento. La cifra había sido disputada por las autoridades iraquíes, quienes dijeron que sólo tres personas habían muerto en la operación y que los otros habían fallecido antes del ingreso de las tropas.
Las autoridades iraquíes dicen que tres personas murieron cuando las fuerzas de seguridad repondieron al lanzamiento de piedras y amanezas de los residentes durante una operación para recuperar tierras a las que se había extendido el campamento y regresarlas a los campesinos.
El Ministerio de Defensa iraquí ha dicho que lanzará una investigación sobre la operación.
Pillay dijo en un comunicado que el Ejército iraquí estaba al tanto de los riesgos de lanzar una operación militar en el campamento. Una operación similar de fuerzas de seguridad iraquíes en el 2009 dejó 11 personas muertas y decenas de heridos en Ashraf, agregó.
"No hay excusa posible para esta cantidad de víctimas", declaró. "Debe haber una investigación completa, independiente y transparente, y que cualquier persona que sea hallada responsable por el uso excesivo de la fuerza sea procesada", agregó.
Un grupo de 19 legisladores estadounidenses pidió al Gobierno del presidente Barack Obama que informe al Congreso sobre qué observó el personal militar estadounidense y el personal de la embajada en Irak en el campamento durante una investigación después de los ataques.
"Las graves violaciones a los derechos humanos prosperan en la oscuridad -nosotros simplemente pedimos que se nos dé algo de luz sobre este horrible ataque", dijeron los legisladores en una carta al Secretario de Defensa, Robert Gates, y a la secretaria de Estado, Hillary Clinton.
Ashraf es la base de la Organización Popular del Muyahidín de Irán, que Estados Unidos, Irak e Irán consideran como una organización terrorista, aunque la Unión Europea lo removió de su lista de terrorismo en el 2009.
El grupo, que busca derrocar al Gobierno islamista de Irán, lanzó ataques contra Irán desde Irak antes de la caída de Saddam Hussein en el 2003. En la década de 1970, lideró una campaña de guerrilla contra el Shah de Irán, apoyado por Washington, los que incluyeron ataques contra blancos estadounidenses.
Saddam les dio refugió en Irak en la década de 1980 y algunos de sus combatientes se le sumaron en la guerra de 1980 a 1988 contra Irán. El grupo entregó sus armas a las fuerzas de Estados Unidos después de la invasión del 2003 que provocó la caída de Saddam.