EFE
SANA.- El presidente yemení, Alí Abdalá Saleh, ha aceptado formalmente una propuesta de los países del golfo Pérsico para que abandone el poder, aunque no impidió que hoy continuaran las manifestaciones contra su régimen en varios puntos del país.
El viceministro de Información Abdo el Guindi informó hoy a Efe de que "el presidente ha dado su aprobación definitiva a toda la iniciativa del golfo (Pérsico) sin condiciones y en el marco de la Constitución del país".
Según El Guindi, la aceptación de Saleh "responde a presiones estadounidenses y saudíes para poner fin a la crisis".
La iniciativa, dada a conocer el pasado jueves por una misión del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), integrado por Arabia Saudí, Kuwait, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Catar y Baréin, establece que Saleh ceda el poder al vicepresidente Abdi Rabo Mansur Hadi en el plazo de treinta días.
Tras esta transferencia, el plan estipula que se celebren elecciones parlamentarias y presidenciales dos meses después.
La propuesta dispone también la formación de un gobierno de unidad encabezado por la oposición, que prepare al país con vistas a la celebración de nuevos comicios, y el cese inmediato de las manifestaciones.
Ayer, la formación política del jefe de Estado, el Partido del Congreso General del Pueblo, anunció que había aceptado la propuesta del CCG, pero un asistente presidencial consultado por Efe, que pidió el anonimato, insistió en que el gobernante no había dado su aprobación formal a la iniciativa.
La oposición se ha mostrado dispuesta a aceptar casi toda la propuesta, menos lo referido al Gobierno de unidad nacional, ya que rechazan compartir un Gabinete con Saleh.
Los jóvenes yemeníes, agrupados en la llamada Comisión Organizativa de la Revolución Juvenil del Yemen, que encabeza las manifestaciones, amenazaron hoy con una "escalada" en sus protestas si Saleh no abandona el poder sin condiciones.
En un comunicado, la organización expresó su "absoluto rechazo a cualquier iniciativa que no estipule la renuncia inmediata de Saleh y su familia, y un juicio contra él y los altos cargos de su régimen".
Asimismo, invitó a "todos los yemeníes a aumentar las protestas para fijar la hora cero de la caída de este Gobierno fenecido, ya que el retraso causará más derramamiento de sangre y amenazará la paz social".
Y alentó a los partidos de la oposición, agrupados en la alianza Encuentro Compartido, a "dejar de participar en cualquier iniciativa o diálogo con Saleh y su régimen, y exigirle claramente la renuncia de inmediato".
En ese sentido, la nota agrega que "cualquier plan o solución política solo favorecerá la prolongación del Gobierno".
Entretanto, miles de personas salieron hoy a la calle en distintas ciudades del Yemen para pedir que Saleh abandone el poder.
En Saná, miles de yemeníes participaron en dos marchas que recorrieron las avenidas de la capital y que luego retornaron a la plaza "Al Taguir" (el cambio) en la Universidad de Saná, sin que se produjeran actos de violencia.
Por su parte, en Taiz, 257 kilómetros al suroeste de la capital, al menos cuatro personas murieron hoy en choques durante una manifestación, indicó una fuente de los servicios de seguridad.
La fuente explicó que tres fallecidos eran partidarios de la oposición, mientras que el cuarto era seguidor del presidente.
Los enfrentamientos se registraron en la zona de Al Chamaitin durante una protesta que pedía la renuncia de Saleh.
La policía intervino para detener los choques entre fieles y detractores del jefe de Estado y dispersó a los manifestantes con tiros al aire.
Desde el pasado 27 de enero, el Yemen ha sido escenario de manifestaciones esporádicas contra el régimen de Saleh, que cobraron intensidad a partir de mediados de febrero y que ahora se celebran a diario.
Saleh fue primero presidente del Yemen del Norte en 1978 y pasó a ocupar la Presidencia de la República del Yemen tras la unificación del país en 1990, cargo en el que fue reelegido en 1999 y 2006.