CIUDAD DEL VATICANO.- El secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone agradeció hoy al Señor "por habernos dado un santo" como Juan Pablo II porque la suya "era una santidad vivida sobre todo, en los últimos meses, en las última semanas, en total fidelidad a la misión que le había sido asignada, hasta la muerte",
El Cardenal Tarcisio Bertone ofició la misa de Acción de Gracias en la Basílica de San Pedro, a la que han asistido unas 150.000 personas, con el sepulcro presente de Juan Pablo II que fue colocado en el Altar de la Confesión y que desde ayer ha sido visitado por 250.000 personas.
Durante su homilía, Bertone recordó el día de los funerales de Juan Pablo II cuando "durante la ceremonia, el viento cerró dulcemente las páginas del Evangelio situado sobre el ataúd".
"Era -agregó- como si el viento del Espíritu hubiese querido señalar el fin de la aventura humana y espiritual de Karol Wojtyla".
Tarcisio Bertone subrayó que el nuevo beato era "un hombre de fe, un hombre de Dios, un hombre que vivía de Dios. Su vida era una rezo continuo, constante, un rezo que abrazaba con amor cada habitante de nuestro planeta, creado a imagen y semejanza de Dios".
"Juan Pablo II era un auténtico defensor de la ideología de cada ser humano y no un mero combatiente por la ideología política-social", destacó.
Destacó que su oración era una constante intercesión por "toda la familia humana para la Iglesia".
Además agradeció al Señor "por habernos dado un Pastor como él (...) un Testimonio como él, tan creíble, tan transparente que nos ha enseñado cómo se debe vivir en la fe y defender los valores cristianos".
Agradecemos al Señor -continuó Bertone- “por habernos dado un Papa que ha sabido dar a la Iglesia católica no sólo una proyección universal y una autoridad moral a nivel nunca conocida, especialmente con la celebración del Gran Jubileo del 2000, sino también una visión más espiritual, más bíblica, más centrada sobre la palabra de Dios".
Bertone concluyó agradeciendo "al Señor (por) habernos dado un Santo como él. Era un hombre verdadero porque estaba inseparablemente ligado a Aquel que es la verdad".