CIUDAD DE MÉXICO.- El Gobierno mexicano agradeció hoy a Chile el envío de un grupo de cinco especialistas para auxiliar en las labores de rescate en la mina de carbón del municipio norteño de Sabinas, donde permanecen atrapados nueve trabajadores.
En una nota difundida por la Cancillería se da las gracias al Presidente Sebastián Piñera "por su respuesta inmediata" al siniestro.
La explosión registrada ayer en el yacimiento se ha cobrado ya la vida de cinco trabajadores y las perspectivas no son buenas para los otros nueve, según las autoridades.
"El equipo de expertos chilenos en minería llegará mañana temprano, debido a un retraso en su propia agenda", apuntó hoy en su cuenta de Twitter el secretario mexicano de Trabajo, Javier Lozano.
La ayuda está integrada por Renato Navarro, comandante de la Armada; Samuel Durán, de Carabineros; Rodrigo Quiroz, del Ejército; Héctor Contreras, del Servicio Nacional de Geología y Minería, y Wiliam Saintad, de la estatal Corporación del Cobre.
Dos de ellos, Navarro y Saintard, tomaron parte en el rescate de los 33 mineros que quedaron atrapados en octubre pasado en el yacimiento de San José durante 70 días.
El grupo viajó en enero a Colombia para apoyar en las labores de asistencia del accidente de la mina La Preciosa.
El accidente del martes se produjo en el mismo estado de Coahuila, donde en febrero de 2006 se registró la mayor tragedia minera de México, cuando una explosión en el yacimiento de Pasta de Conchos acabó con la vida de 65 trabajadores.
A pesar de la magnitud de esa tragedia, según diversos grupos sindicales y sociales en el país no se han tomado las medidas necesarias para asegurar por ley la operación de minas, en las que imperan las condiciones precarias de trabajo y numerosas irregularidades.
El Congreso mexicano guardó hoy un minuto de silencio y urgió a acelerar el rescate de los mineros atrapados.
En la tragedia de Sabinas resultó herido un adolescente que operaba la canasta para subir y bajar a los mineros.
El yacimiento, explotado por un empresario, tenía sólo 18 días activo y no se había notificado a las autoridades de su operación.
Según el secretario mexicano de Trabajo, en la zona (Coahuila alberga la mayor reserva carbonífera del país) es común que las empresas celebren contratos al margen de la ley con terceros para poner en marcha pequeñas minas casi artesanales, conocidas como "pocitos".
Éstas tienen una vigencia de apenas unos cuantos meses, por lo que la mayoría se escapa al control de las autoridades.
El carbón extraído lo adquiere en parte el gobierno coahuilense, que lo vende después a otros organismos, con lo que se fomenta la precariedad.